Todo el mundo lo conoce como “el culebrón boliviano”. Es la historia del romance del presidente Evo Morales con una mujer muy joven, atractiva y también ambiciosa, que le atribuyó un hijo inexistente y usó esta relación para establecer relaciones muy cercanas con el Gobierno del Movimiento al Socialismo, relaciones de las que al parecer se aprovechó para beneficiar a empresarios de distinto tipo, sobre todo de origen chino.

Las sospechas de que la corrupción hubiera alcanzado a Morales se disipan después de que la protagonista se mostrara como una timadora acostumbrada a declarar en falso.

Gabriela Zapata, que está encarcelada, comenzó su carrera incorporándose a los “trabajadores sociales comunitarios”, un grupo de jóvenes orientados a difundir la revolución con acciones de voluntariado social. Tenía alrededor de 18 años. Ahí conoció a Evo, que le llevaba 27 años.

Zapata le dijo que habían concebido un hijo, que él accedió a reconocer. Sin ver al niño, que supuestamente estaba enfermo, asistió al registro civil de Cochabamba y firmó un certificado de nacimiento. La supuesta madre presentó un documento de “nacido vivo” de una clínica, que después se revelaría como falso. En los meses posteriores pidió al presidente dinero para curar a su hijo y luego le dijo que, pese a sus esfuerzos, éste había fallecido.

En febrero de este año, el certificado de nacimiento terminó en manos del periodista Carlos Valverde, quien descubrió que la mujer que aparecía en el documento era la gerente comercial de la empresa china CAMC Engineering, millonaria contratista del Gobierno.

Después del referendo, que Morales perdió en parte por la sombra de las sospechas de “tráfico de influencias”, Zapata fue arrestada. Está acusada de haber montado un grupo irregular de presión que conseguía información privilegiada y contactos para empresas no identificadas aún.

Zapata terminó afirmando, más bien a regañadientes, que su hijo con el presidente estaba vivo. Morales le llevó antes un juez de familia que acaba de determinar que durante el proceso la mujer había tratado de fingir la existencia del menor. Con ello, se demostró que había engañado al presidente.

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