Que llevar una vida sana implica hacer en mayor o menor medida deporte es bien conocido, pero la práctica del deporte también conlleva riesgos para la salud y se asocia a todo tipo de problemas severos. Quizá la práctica profesional, con las exigencias del circuito, sobrepase los límites de lo saludable en ocasiones, y por ello de cuando en cuando se conocen algunos desgraciados casos de muerte o de lesiones severas.
Los últimos estudios apuntan a que la práctica de un deporte puede pasar factura a largo plazo y provocar problemas de arritmias o incluso fibrosis. Además de lo obvio, claro está, y es que una lesión grave puede lastrarte de por vida. También se dan casos de problemas de salud agravados por una exigencia que excede la capacidad de aguante del organismo. Por desgracia, esto ha sucedido en numerosas ocasiones, los famosos casos de muerte súbita, aunque es posible que en ellos haya otras causas, como la ingesta de fármacos.
El ciclismo o las carreras de resistencia las cuales son practicadas por millones son los deportes típicos en los que se puede acabar padeciendo un problema cardiorrespiratorio o muscular. Los efectos se suelen notar a los 40 años para el caso de un deportista que lleve practicando sin descanso ese tipo de deporte a lo largo de diez años o más.
La conclusión no puede ser más obvia: hacer deporte es bueno, pero en exceso, no.

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