Alexa aprendió a leer a los 3 años, a los 5 ya escribía cuentos y cuando tuvo edad para entrar a la primaria ya no la inscribieron en una escuela regular porque aprendía tan rápido, que las maestras “no sabían qué hacer con ella”.
Los niños superdotados deben su capacidad de aprendizaje acelerado a un mayor número de conexiones sinápticas en las neuronas, explica Eloy Meléndez, médico fisiólogo e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Al tener más facilidad para establecer recuerdos y conocimientos, será incapaz de adaptarse auna escuela regular y, además, al no satisfacer sus necesidades de conocimiento, su potencial se irá perdiendo, agrega.
Alexa, de 8 años, por ejemplo, toma clases de nivel secundaria además de chino, inglés, pintura y piano en el Centro de Atención al Talento (Cedat).
“Pinto paisajes al óleo, hago dibujos a lápiz y también escribo cuentos y hago historietas que ilustro. La última fue de un dragón y un ratón que aprendieron que pueden ser amigos aunque sean diferentes”, relata
Arturo Soria, paidopsiquiatra del Hospital Infantil de México Federico Gómez, advierte que la supercapacidad intelectual no libra a estos niños de problemas emocionales.
Pueden verse afectados por el rechazo de otros niños y, además, experimentar estrés y ansiedad por cuestiones mucho más complejas.
“Ellos se dan cuenta que hay problemas económicos, infidelidad por parte de alguno de sus padres; incluso se preocupan por cosas como guerras o devastación ecológica. De ahí la importancia de que ellos y sus padres reciban psicoeducación”, aconseja.
Benjamín, ahora de 12 años, aún no es capaz de hablar abiertamente sobre el acoso escolar que sufrió en la primaria, donde fue etiquetado como niño problema. Fue diagnosticado con trastorno disocial depresivo y durante cuatro meses tomó antidepresivos que no necesitaba.
Hoy, con la atención adecuada, se ha vuelto parlanchín y en el Cedat tiene amigos con quienes comparte intereses comunes.
“Quiero volverme famoso, hacer películas. Quiero ser un ídolo del cine como Charles Chaplin”, comparte.
Más allá de los amplios conocimientos de Benjamín en cinematografía, ciencias médicas y robótica, su padre, Benjamín Aldana, celebra que hoy sea un adolescente más alegre.
“Tener un hijo sobredotado es un gran reto como papá. De hecho, mi esposa está estudiando psicología y ambos hemos ido a terapia de pareja porque tenemos que funcionar muy bien como familia para poder apoyarlo”, relata.

Niños brillantes
Los niños superdotados:

-Tienen un coeficiente intelectual mayor a 130, el promedio de la población es DE entre 85 y 115.
-Se sostienen de pie a los 6 meses y caminan a los 9.
-Al año ya pueden mantener una conversación.
-Resuelven problemas con velocidad y precisión.
-Tienen una continua necesidad de aprender.
-Manifiestan interés genuino por muchos temas.
 

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