El sindicato de maquinistas de España (Semaf) afirmó que la tragedia se podía haber evitado si hubiera estado operativo el sistema de seguridad ERTMS, capaz de controlar el tren automáticamente en caso de un exceso de velocidad.
La vía, debido al uso de la misma por el tren de alta velocidad AVE, está equipada con un sistema de control automático de velocidad, conocido como ERTMS (European Rail Traffic Management System).
Pero, el sistema ERTMS está operativo hasta cuatro kilómetros antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela donde se descarriló el tren, luego se pasa a una vía convencional.
“El sistema de seguridad ERTMS, cuatro kilómetros antes de Santiago, no tiene el sistema implantado, desgraciadamente”, dijo Juan Jesús García Fraile, secretario general del sindicato español de maquinistas a la radio pública española.
“Habría que preguntar a los que se han dedicado a la construcción el porqué se acabó en un tramo y no continúa hasta la estación”, afirmó.
En el tramo del accidente se utiliza el sistema ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático), que controla sobre todo el respeto a las señales.
“Es un sistema un poco más dependiente del factor humano”, puntualizó.
Adif, el organismo dependiente del Ministerio de Fomento encargado de la gestión de las estructuras ferroviarias, dijo que el ASFA era el adecuado en ese tramo, ya que se trata de un acceso a un entorno urbano y a una estación.
Inaugurado en diciembre de 2011, la línea de alta velocidad Orense-Santiago-La Coruña es una de las más recientes de España, país que suele presentarse como puntero en este sector. La red de alta velocidad española es la segunda del mundo por número de kilómetros con 3 mil 100 kilómetros, sólo superada por China.
García Fraile señaló que nunca en un accidente ferroviario hay una sola circunstancia en relación a la alta velocidad, 190 kilómetros por hora, en la que presuntamente viajaba en tren en el momento del accidente.
“Si se rebasa la velocidad, puede ser por alguna circunstancia que ahora mismo desconozco, (pero) no por rebasar la velocidad vas a descarrilar”, aseguró.
Fuentes del Sindicato Ferroviario-Intersindical también apuntaron que el trazado de la línea pudo contribuir a la tragedia.
“Es un trazado antiguo, de vía convencional, que no está preparado para que circule por él un tren de alta velocidad, sobre todo en una curva tan cerrada. El maquinista se ve obligado a frenar de forma brusca, cuando viene de una velocidad media de 250 kilómetros por hora, y en sistema de segundos debe pasar a 80”.
Tanto el ERTMS y el ASFA utilizan balizas para controlar la velocidad del tren, pero el primero es mucho más completo porque controla en todo momento no solo la velocidad sino las condiciones de la vía, del tren y la circulación, disparando la conducción automática, frenado incluido, en caso de encontrar alguna anomalía.
Por el contrario, el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) realiza una supervisión puntual de la velocidad máxima al paso por las señales, dando avisos acústicos y visuales al maquinista en caso de sobrevelocidad, y si este no responde, ocasiona el frenado automático del tren a partir de una determinada velocidad (200 kilómetros por hora).

Presumía chofer de ir muy rápido
Francisco José Garzón Amo, el conductor del tren que descarriló el miércoles en España y provocó la muerte de al menos 80 personas, solía presumir de la gran velocidad que tomaba cuando conducía los trenes.
Aparentemente el conductor de la compañía ferroviaria Renfe tenía una gran afición por la velocidad, lo que se desprende de algunos mensajes en su cuenta de Facebook.
“Qué gozada hacer saltar el radar a la Guardia Civil. Menuda multa para Renfe”, se leía en la cuenta de esa red social a nombre de Garzón en un mensaje con fecha del 8 de marzo de 2012.
Junto al mensaje se apreciaba una foto de un velocímetro que rebasa los 200 kilómetros por hora.
La cuenta fue cerrada ayer por la mañana por orden judicial.
Treinta y seis de los 130 heridos permanecen en estado crítico, según las autoridades.
Por la mañana, el Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, originario de Santiago de Compostela, recorrió el lugar del accidente y decretó tres días de luto a nivel nacional por las víctimas.
Garzón, quien se encuentra en un hospital de Santiago, custodiado por agentes de la Policía, ha sido llamado a declarar por un juez, quien ordenó se le tome declaración como imputado.
En la grabación donde el maquinista se comunica con la estación momentos después del accidente, Garzón Amo reconoce haber ido a gran velocidad.
“¡Somos humanos! ¡Somos humanos!”, repetía. “Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”.
El conductor dijo que el tren había tomado la curva a 190 kilómetros por hora; después habló de 200, pero luego volvió a decir que, al entrar en la curva, el tren iba a 190 kilómetros por hora, según explicaron fuentes de la investigación.
Además el maquinista aseguró que momentos antes de llegar a la curva se activó una alerta para que redujera la velocidad.
Garzón, de 52 años de edad, agregó que al momento de producirse la advertencia pulsó el botón que, supuestamente, debía reducir la velocidad, lo cual no sucedió.
En 2010, la ruta donde sucedió el accidente fue modificada para poder soportar al tren de alta velocidad conocido como AVE. Sin embargo, hay secciones de la vía que no sufrieron cambios.
Justo antes de la curva donde descarriló el tren se adecuaron 80 kilómetros de vía en los que se puede ir a grandes velocidades. Pero después, el trazado es el mismo de hace décadas.
En ese momento, el tren debe reducir su velocidad para que, al llegar a la curva cerrada donde tuvo lugar el accidente, vaya a máximo a 80 kilómetros por hora.
El descenso de velocidad en ese punto es muy pronunciado: se pasa de 200 kilómetros por hora a 80 en un corto lapso de tiempo.
Las autoridades de Galicia difundieron ayer un video en el que se aprecia como el tren de Renfe se descarriló al tomar la curva a gran velocidad.
En las imágenes se aprecia como la locomotora si pudo dar la vuelta, pero los dos vagones siguientes se descarrilan e impactan de lleno contra un muro.
El juez no ha podido interrogar a Garzón porque ayer estuvo desbordado con el levantamiento y la identificación de las decenas de cadáveres.
Hasta ayer, 67 de los 80 fallecidos habían sido identificados por sus familiares.

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