Tras arrastrarse por el suelo detrás de un balón perdido, LeBron James se recompuso y pronto se puso en pie. Y así se mantuvo el resto del partido, como sus Cavaliers.
LeBron James anotó 32 puntos, Kyrie Irving aportó 30 y Cleveland, guiado durante los 48 minutos por una afición ávida de títulos, aplastó por 120-90 a los Warriors de Golden State en el Juego 3 de la final de la NBA, para ponerse 2-1.
En su cancha, donde se han mostrado dominantes en toda la postemporada, los Cavaliersvolvieron a engancharse a la serie por el título cuando parecía que su temporada se abocaba al desastre tras derrotas consecutivas en la bahía.
“Finalmente recuperamos nuestro juego”, dijo James, cuya energía desde el inicio contagió a los 20.000 aficionados en las gradas y, lo más importante, a sus compañeros de equipo. “Fue una victoria colectiva del equipo”.
Cleveland ganó sin Kevin Love, un habitual e