La cuota diaria para poder dormir en cama, asearse y comer en el albergue Amparo del Peregrino de Cáritas es de 20 pesos, pero en ocasiones algunos usuarios aprovechan el apoyo para llevarse cosas como “recuerdo” de su estancia.
Dicho albergue está ubicado desde hace 10 años en la calle 16 de Septiembre, casi frente al Hospital General Regional (HGR), y tiene una capacidad para 76 personas y cinco cuartos exclusivos para personas con alguna discapacidad.
Guadalupe Martínez, encargado del albergue, aseguró que cuando se dan cuenta que una persona quiere salir con un “recuerdo” prefieren no dar aviso a las autoridades, pero sí le notifican que tiene que dejar el objeto.
Platicó que hace un par de semanas el velador notó que una cama no tenía la colcha que acababan de comprar. Más tarde una joven que había dormido ahí pidió que le cuidaran su mochila. Al regresar por ella el encargado le solicitó que abriera su bolsa, y al cuestionarla sobre la cubrecama que se encontraba dentro, la mujer dijo que una señora le había pedido que la guardara.
“Cuando las personas entran a bañarse, salen diciendo que no hay regadera, como se meten solos tienen el tiempo para desmontar las cosas. Ya optamos por tener de repuesto por cualquier cosa, pero son de las más económicas”, agregó.
Para que una persona pueda ingresar tiene que presentar una identificación, la póliza del seguro y un comprobante por parte del HGR de que tiene una persona internada.
“Se han llevado extinguidores con carga, cucharas, colchas, una licuadora y las regaderas, es de lo que nos hemos dado cuenta”, declaró.
Martínez aseguró que estos robos se deben a que en el albergue sólo están la cocinera y él, por lo que personal no es suficiente para mantener una buen vigilancia.
Además, puntualizó que diario tienen problemas con personas que quieren ingresar sin documentación o fuera de horario.
Guadalupe cierra la puerta a las 10 de la noche y la abre a las 6 de la mañana, los 365 días del año.
“Hay personas que sólo quieren usar las instalaciones y no tienen a un paciente en el HGR, cuando les pido que me muestren su documentación se molestan, pero la mayoría se sale a conseguirla y regresa, así no se le puede negar el servicio”, contó.
Los insultos hacia Guadalupe o el velador son otra problemática cuando les niegan justificadamente el servicio a alguien o llegan a pedir chamarras o cobijas por el frío y no hay disponibles.