La maestra Josefina Juárez de la Rosa, uno de los grandes pilares de la educación en León, falleció a los 80 años de edad víctima del cáncer.

Nació el 27 de febrero de 1936 en la Ciudad de México y desde muy pequeña llegó a este municipio, donde comenzó a dar clases de primaria a los 13 años en el Instituto América, mientras cursaba la secundaria.

Fue hija de Evaristo Juárez y Petra De la Rosa, y la segunda de cuatro hermanas: María de Jesús (+), Eva y María Pomposa.

La querida “Tani”, como le decían de cariño sus familiares, estudió su primera carrera en la Escuela Normal Superior de México y fundó la Escuela Normal Superior de Guanajuato.

Fue directora del Instituto Leonés durante 50 años y también dio cátedra en la Comercial Bancaria de León, así como en las escuelas de Enfermería y Normal de la Universidad de Guanajuato (UG).

La señorita Juárez quedó huérfana de ambos padres desde muy joven, por lo que tuvo que costearse sus estudios universitarios.

“Ella trabajaba al doble para poder estudiar en la Ciudad de México, lo cual representó un gran sacrificio porque la llevó al cansancio extremo”, comentó María de la Luz Ledezma Juárez, una de sus sobrinas más cercanas. 

“Pero además luchó mucho para lograr su carrera, pues la mentalidad de la época era que las mujeres se dedicaran al hogar”, añadió orgullosa.

Dijo que lo que más admira de su querida tía es la gran humildad, sencillez y nobleza de corazón que siempre mostró.

“Fue extremadamente preparada, pero no le gustaba jactarse de sus estudios”, finalizó.

Obtuvo cinco carreras y tres posgrados, entre los que destacan la licenciatura en Español, Pedagogía y Redacción. Además tuvo especialidades en Periodismo y Redacción.

Juan Francisco Ledezma López, su sobrino nieto quien también recibió clases en las aulas del Leonés, la describió como una gran maestra y guía.

“Era excelente ser humano; sus consejos llenos de experiencia y sabiduría resultan invaluables”, presumió.

Recordó que sus frases favoritas eran: “Soy maestra de vocación y convicción” y “Sólo estudié lo que necesitaba, no más”.

La reconocida profesora también supo inculcar el amor por la vocación docente entre varios de sus sobrinos, como: la misma María de la Luz y sus hermanas Ángeles, Maricruz y Dolores Ledezma Juárez.

Así como también en: Teresa y María Eugenia De la Rosa y Gerardo Juárez.

Quienes la conocieron la describen como un ejemplo de rectitud y entrega. 

“Fue muy culta, estupenda conversadora, siempre gustaba de estar bien informada, pues leía el periódico diariamente”, aseguró una de sus colaboradoras.

“También estricta, enérgica, franca, directa, amante del trabajo bien hecho; de firme carácter, duro en la forma y suave en el fondo”, agregó. 

La maestra Juárez consagró su vida a la educación de miles de niños y jóvenes, pues no se casó ni tuvo hijos.

Su sobria forma de vestir era su sello distintivo y siempre reflejó mayor edad.

“Y uso aretes porque me confunden con monja”, comentó en una ocasión.

Tras medio siglo de incansable labor al frente de las secciones primaria y secundaria del Leonés, la maestra “Juaritos”, como muchos le decían de cariño, dijo “adiós” durante una emotiva ceremonia y múltiples muestras de afecto y admiración.

La Congregación Franciscana de la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán externó sus condolencias a los familiares de la querida profesora Juárez.

Sus restos descansan en el panteón Jardines del Tiempo I, ubicado en la colonia Villa Insurgentes, y el triduo de misas en su memoria fue en la capilla del Instituto Leonés, su casa por siempre.

Reconocen su labor

Las autoridades también reconocieron la labor docente de la señorita Juárez con un emotivo homenaje. 

El 20 de agosto de 2014 el gobernador Miguel Márquez Márquez; el secretario de Educación, Eusebio Vega Pérez; y el director general del Inifeg, Pedro Peredo Medina; inauguraron la primaria federal “Josefina Juárez de la Rosa” en homenaje a su gran trayectoria magisterial.

La escuela se ubica en la calle Villa Juegos Olímpicos Poniente, colonia Las Villas. El Gobierno del Estado invirtió 6.6 millones de pesos en la construcción del inmueble para beneficiar a 730 niños.

La primera etapa del edificio cuenta con seis aulas, servicio sanitario, oficina de dirección y la obra externa tiene un patio cívico, una cancha de usos múltiples, estacionamiento, cisterna, barda perimetral y el pórtico de acceso. 

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