Para cuando concluyó la pasada edición de la Comic-Con, el llamado Woodstock de la cultura popular, había reunido a más de 160 mil personas en San Diego, California. En esta 47ª edición -que se celebra desde el jueves hasta hoy-, de lo que comenzó como un grupo de aficionados reunidos en los bajos de un hotel, se espera que la cifra llegue a los 200 mil.
Pero muchos de los principales estudios de Hollywood no están entre los asistentes a estos días de cómics, cine, televisión y cosplay. Twentieth Century Fox se sumó este año a la lista de majors que como Sony o Universal no acudieron. Tampoco los estudios Disney, que se limitarán a presentar lo último de Marvel. Ni Paramount, que no está dispuesto a invertir dinero.
A Hollywood se le ha pasado la emoción con la Comic-Con. ¿Las razones? Como dijo un portavoz de Fox, la ausencia del estudio tiene mucho que ver con el temor a la piratería en un foro que genera 2.9 millones de tuits en cuatro días.
Pero detrás de estas ausencias hay más razones que el pirateo el año pasado del tráiler de “Escuadrón Suicida”. O de las escenas de Deadpool “levantadas” por los hackers tras su pase en el famoso Hall H, donde los estudios buscan el fervor de los fans.
“El costo es alto y, aunque tiene sus méritos, el resultado no está asegurado”, confirma a El País Tony Angellotti, uno de los publicistas más respetados de la industria que representa geeks profesionales como John Lasseter o Ron Howard. “La Comic-Con pasó de ser un festival de frikis a una cita obligada para Hollywood y ahora está volviendo a sus orígenes”, asegura.
Si la historia de amor de Hollywood con la convención comenzó con “Iron Man” (2008) y el regreso del hijo pródigo del cine, Robert Downey Jr., recibido en multitudes en este aforo, son muchas más las películas que se pierden en este frenesí.
Por ejemplo, la buena acogida de “Scott Pilgrim contra el mundo” (2010) nunca se tradujo en un éxito en la taquilla. “‘La red social’ también acudió para ganar adeptos, pero perdió glamur entre el público general”, recuerda Angellotti.
Además, está el tema del control. Mientras que la Comic-Con es un punto de encuentro pensado por y para aficionados, que este año agotaron las entradas en cosa de una hora, la cita les cuesta demasiado a los estudios como para no ejercer pleno control en sus campañas.
Han comenzado a proliferar otras muestras como el D23 o la Star Wars Con, eventos organizados por y para los estudios Disney o Lucas, respectivamente, y centrados únicamente en esos universos. Foros que son, como subraya el publicista, “la envidia y la admiración” del resto de las majors.
“La Comic-Con continuará siendo un peso pesado en el mundo de la televisión, de los cómics, de los videojuegos. Pero los grandes estudios ya no lo necesitan”, añade.
La ausencia de grandes productoras no es más que una anécdota en el apretado calendario de los seguidores. Entre las citas más buscadas de la convención estuvieron la gala estreno de “Star Trek: Más allá”, la última entrega de una saga que cumple su 50 aniversario. “Aliens” también celebró su 30º cumpleaños en este foro con James Cameron y Sigourney Weaver, que ofrecieron detalles sobre las películas venideras.
Y mientras Marvel muestra unas primeras imágenes de “Doctor Extraño” y “Guardianes de la Galaxia 2”, los estudios Warner esperan ganarse el furor de los más de 6 mil asistentes al Hall H con un popurrí de retazos de “Wonder Woman”, “Lego Batman”, “Kong: Skull Island”, “King Arthur” y “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, aunque lo que de verdad quieren todos los allí presentes son noticias de “La liga de la justicia” y vaya que las tuvieron, con el lanzamiento del tráiler.
Y por supuesto, siempre quedarán los cómics. Mientras la industria busca a su nuevo Robert Kirkman (genio detrás de “The Walking Dead”, “Fear The Walking Dead” u “Outcast”), los aficionados se gastaron más de 1 mil 500 millones de pesos en comics, juguetes y otras memorabilias en una convención que este año hizo historia por el gran número de mujeres candidatas a los Eisner, también conocidos como los Oscar del cómic.