Quizá no hay peor tragedia para una boda que un vestido de novia se arruine el mismo día de la ceremonia.
Y justo eso le pasó a Jo Du, una canadiense que el día de su boda entró en crisis cuando el cierre de su vestido se rompió.
Pero no sabía que un refugiado recién llegado al país le salvaría el día.
Mientras que Jo Du y sus damas de honor averiguaban cómo arreglar el cierre o encontrar a un sastre el mismo día, la fotógrafa de la boda, Lindsay Coulter, sugirió a la novia que fuera con el vecino de al lado a pedir ayuda.
Sin embargo, el vecino, David Hobson, les tenía una sorpresa que nadie esperaría.
Hobson llevaba los últimos cuatro días alojando a una familia de refugiados sirios. Y el padre de la familia, Ibrahim Halil Dudu, resultó ser un hombre que pasó los últimos 28 años trabajando como sastre en la ciudad siria de Alepo.
“Después de unos minutos de seguir intentando (arreglarlo), hubo un golpe en la puerta, y el vecino llegó con el sastre y su hijo para ayudarnos”, declaró Coulter.
En cuestión de minutos, ya estaba Halil Dudu terminando de arreglar el vestido… y de salvar el día.

¡Bienvenidos!: 30 mil refugiados sirios recibió Canadá este año como residentes permanentes.

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