Desde el principio los aplausos sonorizaron el Teatro Manuel Doblado.
Considerado un clásico del teatro, “Made in México” llegó a la ciudad con el prestigio de ser una de las más exitosas de las últimas 4 décadas en Latinoamérica.
Como parte de su gira al interior del país, la puesta escrita por Nelly Fernández, abordó el tema de la identidad del mexicano, el desarraigo y el amor a la patria sobre cualquier cosa.
En dos funciones, los asistentes (poco más de 400 en cada una), disfrutaron de la actuación de María Rojo, a quien desde el principio le recibieron con aplausos; el público celebró la comicidad de Alejandro Suárez, y otros más, gritaron por el ‘sex appeal’ de Juan Ferrara, sin dejar atrás la belleza de Laura Flores.
Dirigida por Manuel González Gil, “Made in México” se presentó sin intermedios por una hora 45 minutos, tiempo en el que los presentes se engancharon con la historia, una tragicomedia con subidones de la risa al llanto, en la que también hubo momentos de reflexión, emotividad y desencanto.
Como el “Negro” y la “Yoli”, Suárez y Rojo, ‘tocaron’ al público, el que terminó de pie al identificarse con muchos de los aspectos de la cultura mexicana.
Como “Marisela” y “Oswaldo”, Flores y Ferrara, mostraron el claroscuro de la migración, una que se vive en muchos hogares guanajuatenses, no por nada el Estado ocupa los primeros lugares de expulsión hacia Estados Unidos.
La pobreza extrema, los malos manejos políticos, la corrupción y la fuga de mano de obra, se pusieron a la mesa, matizados con canciones como “Cielito Lindo”.
La historia comienza en el pequeño taller de el “Negro” ubicado en Coyoacán; su esposa, la “Yoli”, trabaja en una máquina de coser, a la espera de la llegada de “Oswaldo” y “Marisela”, amigos y familia que vienen de visita tras tres décadas de radicar en Estados Unidos.
A ellos, una devaluación los obligó a dejar su tierra, y a los demás los mantuvo su amor y fe por México. Toda esa represión y coraje se plantea en escena. Ambas parejas intentan olvidar y vivir con los golpes duros y cicatrices de la doliente realidad económica.
Los actores mostraron el porqué son considerados joyas artísticas en el país, pues sin necesidad de micrófono, se dirigieron a los espectadores con su educada voz, como debe ser en el teatro.
Por sí sola, “Made in México” presenta distintas perspectivas de amar a México, una en la que los leoneses se mostraron identificados.
Al final, los admiradores se pusieron de pie y desde ahí aprobaron el espectáculo, uno que sin duda, dejó a más de uno con preguntas y reflexiones sobre su forma de amar a México.