Su segunda gran batalla ha comenzado. Pero Mayra Enríquez Vanderkam se siente en esta ocasión menos temerosa, más preparada.

“Sé a lo que me voy a enfrentar. A diferencia de la primera vez, tengo un mejor seguimiento, así es que espero una respuesta más benévola”.

“Puedo inclusive, agradecer aquel proceso que me preparó para saber que esta enfermedad y su tratamiento, no me invalidan, que puedo hacer muchas cosas. No tengo que dejar de vivir mientras esto pasa”.

La diputada federal panista tiene en su historia una mastectomía doble y una histerectomía, de las que sobrevivió tras una lucha contra el cáncer que emprendió en familia, rodeada del amor y el acompañamiento de su esposo, hijos, mamá y hermanos.

Ahora, tras diez años de seguimiento, tratamientos y chequeos, la enfermedad reapareció en ganglios y ella se muestra optimista y llena de fe.

“Desde antes que me detectaran cáncer la primera vez, yo estaba enojada con Dios. Había perdido a mi padre a los 5 años; después, a dos de mis hermanos cuando aún eran muy jóvenes y sentía que a Él, yo no le debía nada”.

Cuenta que entonces realizó una lista de lo que tenía y lo que faltaba y se percató de que realmente Dios le había dado mucho y, tras la reconciliación, ahora ve las cosas de manera diferente.

“Con toda humildad, creo que estoy mejor que mucha gente. Estoy mejor que aquellos que han perdido a un hijo, o los que tienen un hijo enfermo, incluso hay personas que pasan toda su vida en constante tratamiento y en lugar de mejorar, empeoran”.

“También sé que Dios me cuida tanto que escoge cuándo y cómo me suceden las cosas. Fíjate, ahora que estoy en el Congreso Federal y que las personas se enteraron de mi lucha, ha habido mujeres que me escriben y me narran que en sus trabajos les han exigido su renuncia o que les quitaron las prestaciones ¡por tener cáncer! De esto me entero ahora que estoy en una trinchera desde donde puedo hacer algo al respecto. Esa es ahora una de mis misiones”

›› Estoy en un lugar donde puedo llevar un mensaje y apoyar a las mujeres en mi situación.‹‹

Hace alrededor de una década en que Mayra Enríquez empezó su lucha, en León acababa de ponerse en marcha el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío (HRAEB) y ella, que era diputada local en ese tiempo, decidió atenderse dentro del sector salud y validar la labor que ahí se realiza con los pacientes enfermos de cáncer, que en su caso estaba en fase 3. Y desde esa trinchera, lo venció.

Ahora, como diputada federal, tiene un Seguro de Gastos Médicos Mayores, lo que le señaló otro camino dentro de su labor.

“Pensar en atenderme en el de “Alta” (HRAEB) se me hacía un abuso. Ya no es lo mismo que en la ocasión anterior, ahora hay miles de personas esperando por atención médica ahí y no le quitaría un espacio a alguien más, mucho menos si yo tengo una prestación que puedo usar”.

Y ese es un camino tortuoso que le ha tocado recorrer. “Se han negado a cubrir ciertos tratamientos, tuvieron que subírseme los niveles hasta donde a ellos les dio la gana, como para considerar que tenía derecho a cobertura y me han complicado distintos pasos”.

Para ella esto no es una traba, “es un camino en el que Dios me puso justo cuando estoy en donde puedo hacer algo al respecto. Así es que desde la legislatura presentaré iniciativas para revisar y supervisar a las aseguradoras que trabajan de manera poco ética y abusan de sus clientes”.

En esa reconciliación con la vida, Mayra aprendió que la muerte es también parte de la misma.

“Imagínate, con todas las pérdidas dolorosas que acompañaron mi niñez y mi adolescencia, entiendo la muerte como parte de la misma vida”.

“La primera vez que me enfrenté al cáncer, mis hijos, que estaban pequeños, me preguntaron si me iba a morir y yo les dije: ‘Si me voy a morir, pero de cáncer, no’. Ahora ya no son unos niños y tienen mucho menos miedo que la vez pasada”.

“Me vieron luchar y salir adelante. Saben lo que viene y están convencidos de que ‘la vamos a brincar’, pero ahora hemos aprendido como familia, que la muerte es una realidad”.

 

›› Yo he tenido años extra. Soy una afortunada, Tengo energía, puedo vivir y vivir bien. Pero esto no se puede enfrentar solo. Se requiere a la familia.‹‹

Afirma que los padres deben enseñar a los hijos que la familia implica obligaciones y beneficios ya que las mujeres han sido educadas para cuidar, pero cuando una mujer se enferma, se topa muchas veces con que no hay quién haga el papel de su cuidador.

“Nos dicen: revísate, pero no hemos logrado encontrar y sobre todo aceptar que tenemos derecho a que alguien se preocupe por nosotras. Es obligación de la familia el cuidarnos entre todos”.

Las mujeres siempre tenemos algo que atender y nos dejamos en el último lugar. Yo misma, en la primera ocasión fui negligente con mi salud y fue mi esposo, Alberto Cifuentes, quien insistió en que me revisara y eso marcó una diferencia entre estar ahora aquí o no.

De detectarlo más a tiempo, el tratamiento hubiera sido mucho menos agresivo y eso es algo en lo que ella ahora insiste entre las mujeres. 

“La vida nos va marcando de manera diferente. Yo tengo un recordatorio permanente de que para mí esto es un proceso que ya no debe cesar, Me tengo que cuidar siempre. el tiempo que dure”.

La representante leonesa en la actual legislatura cree que todos podemos aportar un granito de arena en la labor de prevención y tratamiento. Propone que cada quien impulse a alguien más a revisarse y atenderse.

“Cada espacio que tengo libre, si estoy revisando alguna red social, trato de convencer de manera interpersonal a quienes detecto, por lo que publican, que tienen dudas sobre su salud. Y no te creas, a raíz de eso, he logrado motivar a unas cuantas para que se atiendan”.

Ella cree que muchas mujeres no se revisan porque tienen miedo de los posibles resultados “Yo les aconsejo que si tienen miedo, no lo enfrenten solas, pero que se atiendan porque el cáncer detectado a tiempo puede tener un muy buen pronóstico además de que los tratamientos serán menos agresivos y con menos secuelas”.

Otro aspecto de esta enfermedad que llama la atención de la legisladora son los prejuicios y tabúes de que la han rodeado: “Existe la ‘creencia’ de que a la gente le da cáncer porque es rencorosa o porque guarda algún mal sentimiento en su interior.

¡Imagínate! Entonces muchas mujeres con cáncer se esconden porque los demás pueden pensar que son malas personas”.

“A mí se me han acercado con todo tipo de ofertas. Desde gente con buena voluntad que me ofrece una estampita o algún remedio, hasta quien quiere lucrar y venderme cosas. Las personas deben dejarse guiar por sus doctores y ponerse en sus manos y no hacer caso de otras cosas porque pueden poner en riesgo su vida.”

Ella narra que en su experiencia anterior, tomó unos jugos que le causaron una gastritis tal, que estuvieron a punto de dejar de darle quimioterapia porque tenía un gran dolor en el corazón y no encontraban la causa de esto, hasta que determinaron que los jugos que estaba tomando le dañaron tanto la flora intestinal, que le provocaron ese problema gástrico que se solucionó con una ranitidina pero que, mientras encontraban la causa, provocó la gran preocupación de sus médicos.

Enríquez Vanderkam cree que gran parte del problema de que “se esconda” a los enfermos de cáncer y por lo tanto no se les otorgue la atención adecuada en su momento, es por el estereotipo de cómo debe ser la mujer ante los demás; poseer una linda cabellera, sus cejas definidas y pestañas largas. Pero hay que saber enfrentarlo.

Destaca que la mujer es mucho más que una abundante cabellera (y hasta para eso hay remedio con la gran variedad de pelucas que existen). Debemos aprender a estar bien con nosotras mismas.

 

››Algo que además puede ayudar mucho es no ver dolor ni tristeza, ni mucho menos desagrado, en los ojos de quienes nos contemplan.‹‹

A quienes están pasando por un proceso similar, Mayra les comparte que “esto es como un maratón. A manera que vas avanzando puedes ir sintiendo más cansancio pero al llegar a la meta, todo pasa”.

Se tiene miedo a los efectos colaterales de la quimioterapia, que en cada caso son diferentes, pero Mayra afirma que no todos los días son malos. “Cuídate, pero no dejes de hacer tu vida”.

Aconseja aprovechar las campañas de gobierno e involucrar a la familia.

“Los cambios físicos son pasajeros. Si hoy te sientes mal, mañana vas a estar mejor. Lo importante es quién eres y eso no se pierde con una enfermedad”.

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