Con flores, abrazos y lágrimas fueron recibidas las peregrinas del templo de la Santa Cruz de Juventino Rosas.
Los familiares desde las 2 de la tarde ya esperan en la glorieta de la entrada del municipio los camiones donde viajaban las mujeres.
“Sólo quiero abrazar a mi hija. Desde hace ocho días no la veo. Ahora con la tragedia nos espantamos mucho. La Virgen de Guadalupe nos cuida y ya viene en camino”, dijo la señora Josefa Vázquez.
Antes de las 3 de la tarde la peregrinación empezó a llegar y las fieles empezaron a bajar de los vehículos para encontrarse con sus seres queridos.
La señora Hortensia Ramírez, quien forma parte de la peregrinación, comentó que esta ocasión no llegaron con la alegría que las caracteriza pero que son gente fuerte, unidas por el amor y la fe.
“Es triste llegar con esta noticia y a donde vamos ahorita. No era de entrar a misa era hasta las 6 de la tarde. Nos dijeron que teníamos que venirnos rápido para acompañar a los dolientes. Nuestras creencias siguen y no por eso dejamos el peregrinaje”, agregó.
Las peregrinas con los estandartes de la Virgen de Guadalupe empezaron a caminar hacia la iglesia donde ya las esperaban amigos, conocidos y gente del pueblo para ofrecer la misa de cuerpo presente a los seis fallecidos en el accidente.
Los habitantes de Juventino de rosas y de sus comunidades aledañas observaban en las banquetas de las calles principales el caminar pausado de las mujeres quienes reflejaban cansancio pero no detuvieron hasta las puertas de la parroquia.
Los aplausos de miles de guanajuatenses se escucharon en el Jardín Principal cuando los pasos de las primeras devotas subían las escaleras de la iglesia para escuchar las palabras del sacerdote.

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