A raíz de las recientes manifestaciones organizadas por el Frente Nacional por la Familia, en las que México se vistió de blanco, cientos de miles de personas desconocieron la iniciativa de ley de Enrique Peña Nieto para modificar la Constitución y otras disposiciones del Código Civil a fin de legalizar el “matrimonio igualitario”, así como la adopción de menores por el mismo.
De acuerdo con el proyecto del mandatario, México formaría parte del grupo de países en los que ya prevalecen los derechos LGBT. (lesbianas, gays, bisexuales y travestis etc.); asimismo, haría desaparecer toda discriminación contra las llamadas “preferencias sexuales” (lenguaje LGBT) y se abriría la puerta a una sociedad más “incluyente”.
Según la propaganda de los medios informativos el único obstáculo de la propuesta de EPN es la Iglesia y la ultraderecha, sin embargo, la propuesta oficial rompe con la estructura de toda la sociedad y divide a la nación. No se trata de un problema que afecte exclusivamente a los conservadores, sino de un cataclismo que sacudirá a la sociedad civil desde sus cimientos si se implanta la ideología de género, ya que la controversia no consiste simplemente en los pretendidos derechos del gaymonio, sino en lo que hay detrás de todo eso.
La primera consecuencia que se deriva del gaymonio, es la adopción de menores por lesbianas y homosexuales, situación que ya es un hecho en la ciudad de México y se pretende generalizar en el resto del país. (Los intereses del grupo LGBT por encima del derecho de los inocentes con el riesgo y las consecuencias que ello implica, desvirtúo, confusión, desestabilización de la sociedad heterosexual, transmutación de valores etc.)
Otra consecuencia -auténtica revolución homosexual-, sería la transmutación de la educación escolar, ya que el proyecto pretende erradicar la educación sexual tradicional para implantar la ideología de género basada en las ideas de Simone de Beauvoir, Judith Butler y Mary Astell, entre otras; enseñanza que ya es reglamentaria en las escuelas del primer mundo.
Como la sociedad no está acostumbrada a ver con normalidad la sodomía, el travestismo, el transexualismo, etc, de lo que se trata es de reeducar a la sociedad.
De acuerdo con dicho programa escolar, cuyos libros de texto ya están editados en México, aunque aún permanecen en bodega, posiblemente por temor a la reacción, a los niños de preescolar y primaria se les enseñará que no se nace niño o niña, que la sexualidad es una construcción cultural y que cada cual es libre de inventarse sexualmente, abriendo así la puerta a que la inocencia explore otras opciones.
Para abrirles los ojos a los niños se tienen previstos juegos en los que niños y niñas asumirán papeles opuestos a su sexo mediante disfraces. Después se les preguntará si les gusta ser niños o niñas y que si en su casa se les ha dicho que los niños no deben jugar con las muñecas, y a las niñas con los cochecitos, preguntándoles también si eso les parece justo. (Desestabilización de la enseñanza tradicional por la educación del Estado)
Como de lo que se trata es de trasplantar una nueva sociedad, la revolución tiene que ser total, de manera que no sólo la educación debe responder al proyecto, también las leyes. Una vez legalizado el gaymonio, la adopción y la educación gay, nadie podrá estar en contra de los derechos LGBT, ni siquiera los padres de familia podrán oponerse a la manipulación de sus hijos. En Europa ya hay docenas de padres de familia y maestros en la cárcel por oponerse a la dictadura de género. Dentro del nuevo modelo social, los padres de familia estarán obligados a respetar las preferencias sexuales de sus hijos, incluso si estos se inclinan por el cambio de sexo.
En Argentina, donde ya está vigente la ideología de género, la madre de una niña que optó por esa vía, no pudo hacer nada por evitarlo. (Pérdida de la patria potestad, intromisión del estado en la intimidad familiar, en una palabra, totalitarismo).
Una consecuencia más de la sociedad LGBT, sería el ocaso de la religión, pues como la Biblia considera la homosexualidad un comportamiento anormal, los sacerdotes tendrán que suprimir todos los pasajes bíblicos que atenten contra la homosexualidad y la misa tendrá que subordinarse a los “derechos” de la élite LGBT.
Un importante detalle que se ha pasado por alto en el debate, es el de la justicia. La minoría LGBT se queja de falta de derechos ante la sociedad, sin embargo, el reconocimiento de los derechos que plantea la ideología de género en cuanto a educación, legislación y religión, significaría la anulación de los derechos de la sociedad heterosexual formada por más del 90 % de la sociedad. Es decir, la mayoría tendríamos que renunciar a nuestra cultura, tradición y costumbres para que una minoría LGBT pueda vivir a sus anchas.
¿Ciencia ficción? De ninguna manera, México ya está enviando profesores a la Organización Mundial de la Salud para capacitarse en sexualidad y salud reproductiva. La revolución LGBT viene de arriba a abajo. La iniciativa de EPN está relacionada con los préstamos del Banco Mundial condicionados a la política de la ONU que se plegó a las presiones del Lobby gay.
En cuanto al motivo por el que la ONU promueve la ideología de género, en parte se debe a la misma razón por la que promueve el aborto, es decir, el control de la población, no se pierda de vista que el gaymonio no genera vida. Además de esta razón, existen los intereses de la industria farmacéutica y sus millonarios beneficios con la venta de anticonceptivos, aborto químico, vacunas contra el SIDA y el virus del papiloma humano. Por otra parte, está la compra-venta de bebés abortados, a veces con 8 0 10 semanas de embarazo para fines de investigación científica o fabricación de cremas, schampoos y gels con el colágeno de bebés muertos. Las filas de mujeres haciendo cola en los abortorios de la ciudad de México son rutina.
La revolución gay está apoyada en fuertes intereses económicos; desde hace años la empresa Goldaman Sachs emprendió medidas fiscales para atender nuevos derechos homosexuales entre los que figuraba el cambio de sexo. Lloyd Blankfein, consejero de dicha banca, apareció en 2008 en un anuncio televisivo apoyando la “igualdad matrimonial”, política que ha sido secundada por Citigroup, Morgan Stanley, Scotiabank y HSBC, además de otras empresas poderosas.
Aún con el apoyo del gobierno, el Banco Mundial, la ONU y los medios de comunicación, no es lógico que una minoría imponga una revolución sexual a la abrumadora mayoría. La aberración de una ideología fundada por el feminismo radical en la autonegación de la condición de mujer con tal de equipararse al hombre, es destructiva. En España la implantación de la neutralidad sexual en las escuelas ha dado resultados negativos desde el 2012; absentismo, conflictos entre los alumnos, indisciplina, depresiones y descenso en el nivel de aprendizaje, etc.
En un video difundido por Difusión Phadis Producciones en You Tube, se informa que en Lituania a los niños se les leía en las escuelas la historia de dos príncipes enamorados, y después, en el recreo los niños jugaban a los homosexuales. Durante el verano de 2015, el Consejo de ministros de Noruega, Suecia, Finlandia, Islandia y Dinamarca cerró el Instituto de género debido a la difusión de un video que puso en ridículo el pretendido carácter científico de la susodicha ideología de género.
Así pues, antes de precipitarse, hay que echar una ojeada a los países en donde la ideología de género ya está fracasando. En Francia, Nathalie de Williencourt, fundadora de la Asocación gay Homovox, contraria al gaymonio, declaró que la mayoría de los homosexuales y lesbianas están molestos con el Lobby gay que habla en su nombre. Además, tampoco están interesados en el gaymonio ni la adopción, sino en la justicia. La familia constituida sobre el matrimonio es la base para la paz, agregó.
El advenimiento de la ideología de género podría ser al siglo XXI lo que la lucha de clases fue al siglo XX. ¿Para qué iniciar la guerra cuándo una fórmula jurídica podría satisfacer las aspiraciones gay sin desestabilizar al resto de la sociedad? Nathalie Williencourt habló de justicia, creo que ese sería el mejor camino para todos.