En la comunidad de Guadalupe Victoria no tienen agua potable ni drenaje, pero sí una represa de aguas negras que llegan desde la comunidad de Los López.
Los olores son fétidos y los vecinos aseguran que muchas personas se han enfermado por la gran contaminación que se registra en el lugar.
“El agua viene de la planta de leche León. Ahí tienen planta de tratamiento, pero el agua que llega esta muy contaminada, pues también trae las aguas que desechan en la comunidad de Los López”, dijo el delegado Alejandro Gasca Horta.
Añadió que el mes pasado, con las fuertes lluvias registradas, tuvo que solicitar apoyo de Protección Civil porque el estanque estaba desbordándose.
El agua contaminada corre a lo largo de un arroyo en el que pueden observarse llantas, animales muertos y todo tipo de desechos. El arroyo desemboca en el Tajo de Santa Ana, que es uno de los más contaminados.
El delegado manifestó que han solicitado apoyo de la dirección de Gestión Ambiental del Municipio, pero no se han tenido resultados positivos para acabar con el foco de infección que representa el estanque.
Afectados
Familias que viven cerca del estanque, padecen no sólo de los malos olores, sino de la contaminación que contiene y genera.
“Con esta agua apenas se riega una parcela de maíz, pero está tan contaminada que ya ni las aves se acercan. Todo es muerte en el entorno”, dijo Juana Moreno.
La espumosa agua contaminada atraviesa el camino de acceso a lo que será el parque Industrial de León (PILBA).
Viven ‘a secas’ en comunidad
En la comunidad rural de Guadalupe Victoria, que colinda con lo que será el Parque Industrial León-Bajío (PILBA) -localizado en el kilómetro 4.5 de la carretera a Santa Ana del Conde-, tienen tres años sin agua potable.
“El pozo daba tres pulgadas de agua y se secó desde hace tres años. Las autoridades municipales no han podido resolver este problema que afecta a por lo menos 3 mil habitantes de esta colonia”, dijo el delegado, Alejandro Gasca Horta.
El tanque elevado y el equipo sólo están de adorno en la plaza principal de la comunidad. Hay un pequeño kiosco que está semiabandandonado. La comunidad no tiene una sola calle pavimentada, a pesar de que está a pie de carretera y es el acceso principal al nuevo Parque Industrial (PILBA).
Juan Manuel Valadez, vecino del lugar, señaló que han sufrido un verdadero calvario desde que se quedaron sin agua.
“Se fue secando el pozo. Un día ya no salió agua y hemos tenido que surtir agua en pipas, que nos cuesta hasta 350 pesos, y no es de buena calidad”.
La comunidad tiene infraestructura hidráulica, pero no sale ni aire. “Hemos acudido con las autoridades municipales para buscar resolver el problema, pero hasta la fecha no se nos ha dado respuesta. Sólo dicen que es un problema que ya está estudiando Sapal Rural, pero la realidad es que padecemos la falta de agua. No hay ni para las necesidades más elementales del kínder y de la escuela primaria de la comunidad, tienen que surtir con pipas”, dijo María de Jesús Zavala.
Los vecinos se cooperaron para contratar a un “varero” para que les indicara dónde había agua. Aseguran que localizó el punto a unos 20 metros del actual pozo.
Han solicitado apoyo a las autoridades municipales para realizar los estudios hidrogeológicos para el nuevo pozo, pero la respuesta es que no hay dinero para eso, mucho menos para perforar un nuevo pozo.