Oasis en medio de la gran ciudad

La tranquilidad podría ser una de las características más destacables de esta colonia al sur de la ciudad que data de finales del Siglo XIX.
“Pero la gente de aquí era bien popis y revolucionaria”, rememora Enriqueta Martínez, quien nació en una casa de la avenida de los Pinos hace 83 años. Y es que justo por aquí, el niño Octavio Paz solía jugar sobre los escombros de una pirámide de la hoy conocida zona arqueológica de Mixcoac.
Aquí, además, en un pasado no muy lejano se establecieron las fábricas de tubería Eureka, la cementera Tolteca y las refresqueras El Puente y El Sol, modificando un área de villas de veraneo en una zona completamente urbana que, hasta la fecha, no ha logrado sucumbir al ritmo diario de la capital.
Zona Arqueológica de Mixcoac
Con una vida de más de 490 años, los restos arqueológicos postclásicos que se levantan a un costado del Periférico y el distribuidor vial San Antonio fueron el espacio dedicado al dios de la guerra y la tempestad: Mixcóatl.
Construcción que data de la misma época que el Templo Mayor de Tenochtitlán pero que no fue destruida por los españoles porque sus habitantes lo cubrieron de tierra. Hoy, esta pieza de arquitectura mexica sólo está cobijada por una verde capa de césped.
Entre calle Pirámide y calle 20, sobre la lateral del Periférico. Toma nota: No está abierta al público, pero se puede solicitar una visita gratis a través de las oficinas con el arqueólogo Roberto Gallegos al 5271-4919.
Centro Cultural La Pirámide
A un costado de la zona arqueológica se encuentra el Centro Cultural La Pirámide, a la que su coordinador, René Crespo, define como un centro de manifestaciones emergentes.
“Es un espacio sin fines de lucro que busca la promoción de la cultura”, expresa sobre la casa creada por la Asociación de Escritores de México hace más de 10 años.
Es el sitio perfecto para quienes buscan aprender una danza africana o adentrarse a las artes circenses. El centro cultural también rinde memoria a la enseñanza de lenguas indígenas y cuenta con cineclub, foro al aire libre y biblioteca.
Esquina calle 24 y calle Pirámide. Toma nota: Abre de lunes a viernes de 8 de la mañana a 10 de la noche y sábados de 8 de la mañana a 5 de la tarde, pero hay algunos eventos que se celebran en domingo. Se puede revisar el calendario de actividades en www.infopiramide.blogspot.mx
Parroquia de San Vicente Ferrer
Más adelante, al cruzar avenida Revolución, una iglesia de estilo barroco y neoclásico, hecha de cantera y ladrillo exige atención en las estrechas calles de esta colonia. Alberga a San Vicente Ferrer, patrono que, según la tradición popular, con la punta de su dedo índice realizaba milagros.
Al interior de este edificio erigido por Arnulfo Cantú hacia 1922 hay dos enormes vitrales policromáticos que ilustran los pasajes del rosario. De acuerdo con el sacristán Andrés Hernández Quintanilla, este recinto con retablos de madera fina, es visitado con regularidad por feligreses.
Avenida 2 Núm. 62. Toma nota: La parroquia de San Vicente Ferrer abre de lunes a sábado 7:30 de la mañana a una treinta de la tarde y 4:30 de la tarde a 8 de la noche, y domingos de 8 de la mañana a 2 de la tarde y 7 de la tarde a 8:30 de la noche. Está cerrada en días feriados, como 16 de septiembre y 20 de noviembre.
Mercado de San Pedro de los Pinos
Tras la larga caminata, el apetito encuentra satisfacción en el mercado de San Pedro de Los Pinos, ubicado de cara a la parroquia. Construido por el arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez, este sitio es desde el 27 de julio de 1957, el obligado para degustar mariscos en la colonia.
Ricardo Torres, gerente del restaurante Mariscos Altamar, presume que su negocio es el preferido de los comensales por ofrecer los más frescos pescados.
La especialidad de la casa es el Filete Altamar, empanizado y preparado al horno con queso; cuesta 125 pesos. También hay rollos de sushis y cortes de carne argentinos en el menú.
Calle 7, sin número. Toma nota: El mercado está abierto de lunes a domingo de 9 de la mañana a 6 de la tarde. Se debe llevar dinero en efectivo porque en los establecimientos no se aceptan tarjetas de crédito.