Amanda Seyfried aparece en la edición de noviembre de la revista Allure, y entre varios temas, la actriz mencionó que padece trastorno obsesivo compulsivo. 
Al platicar sobre la cocina que puso en la nueva casa que posee en Stone Ridge, al norte de Nueva York, reveló que no tiene horno, lo cual es sólo una cosa de control.
Esa preocupación, explica, está relacionada con su TOC.
“Estoy tomando Lexapro, y nunca podré dejarlo”, dijo la rubia de 30 años sobre necesitar antidepresivos. 
“He estado tomándolo desde que tenía 19 años, por lo que ya son 11 años. Estoy en la dosis más baja. No veo el punto de dejarla. Se trate de un placebo o no, no quiero correr el riesgo.
“Una enfermedad mental es una cosa que la gente incluye en una categoría diferente, pero no creo que así sea. Se debe tomar tan en serio como cualquier otra cosa”, explicó. 

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