Contrario a lo que podríamos pensar, la tecnología de impresión 3D no es algo que haya surgido hace unos cuantos años. En realidad, su tecnología inició en la década de los 80s, y aunque en su momento fue exclusiva de centros de investigación e industrias específicas, en los últimos años las compañías han logrado abaratarla para llegar a más usuarios.
Una de esas empresas es Makerbot, que surgió en nueva York en 2009 y fue adquirida en 2013 por Stratasys, con casi 30 años de historia en impresión 3D. Ahora, mientras Stratasys vende impresoras industriales para imprimir incluso en metal, Makerbot quiere llegar a un público más amplio: escuelas, hogares y profesionales como arquitectos o ingenieros.
Probamos la Replicator+, la más reciente impresora 3D de Makerbot, y resumimos su experiencia de uso en dos escenarios distintos.
Nivel principiante
La impresión 3D tiene a una comunidad de creadores generosos que suben sus diseños a diferentes plataformas, como Makerbot Thingiverse, de donde fueron descargados todos los objetos que se imprimieron durante las pruebas. ¿Una maceta con forma de Bulbasaur? Concedido. ¿Una carcasa para iPhone con relieve de Han Solo en carbonita? Hecho. ¿Un soporte para cargar el Apple Watch con forma de Mac Elisa? Fácil.
Su principal ventaja es su facilidad de uso. Una vez instalada, calibrada y configurada con la red WiFi, con la app Makerbot Mobile, disponible para iOS y Android, puedes buscar diseños, mandarlos a imprimir en segundos y ver a través de un video (capturado con una cámara integrada a la impresora) el estado de la impresión.
Sin embargo, gastarse más de 50 mil pesos en comprar una impresora como la Replicator+ para imprimir juguetes no suena como una gran inversión, a menos que ese sea su cometido en un salón de clases, un museo interactivo o un centro lúdico.

Nivel experto
El verdadero potencial de tener una impresora 3D es crear cosas únicas desde cero. Si eres un arquitecto, diseñador o ingeniero que ya esté familiarizado con programas de modelado 3D como Google SketchUp o AutoCAD, imprimir maquetas o piezas personalizadas no será un mayor problema.
En este caso, bastará con exportar los archivos en el formato adecuado y después manejarlos con Makerbot Print, el software de impresión que ofrece la marca, y que permite ir más allá al rotar la posición en la que se imprimirán los objetos, seleccionar el nivel de relleno de material (desde cero hasta 40 por ciento) y la cantidad de capas exteriores para asegurar la dureza.
Para imprimir piezas más resistentes, como tornillos u objetos que serán sometidas a una gran presión, Makerbot creó el Tough PLA, un filamento que debe ser utilizado con un extrusor especial para imprimir el material. Para todo lo demás, hay disponibles filamentos de PLA normal o flexible en 32 colores diferentes.
Mercado en aumento

  • 278 mil impresoras vendidas en 2015 en el mundo
  • 5.1 mil millones de dólares generó este mercado en 2015
  • 33.8% ha crecido el mercado en los últimos 3 años
  • 30% del mercado lo tienen las impresoras de Stratasys y Makerbot
  • 35 mil millones de dólares podría generar la impresión 3D para 2020.

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