En su barrio, Raúl Macías es reconocido con un halo de prestigio, digno patriarca en El Maguey. Abuelo joven de un grupo de nietos a quienes instruye y pasa su conocimiento, máxima autoridad de una familia entera de danzantes. Él llevó la tradición al barrio y ya lleva 30 años liderando al grupo de Danza de los Matlachines, danza autóctona dedicada a la imagen más venerada de Cristo en Lagos, Nuestro Padre Jesús del Calvario.
El Matachín o Matlachín, es parte del sincretismo cultural de México, aunque la figura de este guerrero aparece en varias culturas indígenas, siempre ligada a las Guerras de la Conquista, el origen de la palabra Matachín proviene del árabe mutawajjihin que significa “enfrentamiento” “el que usa una máscara” y que fue usada por los conquistadores para denominar a los bailarines en escena interpretando coreografías dramáticas de la Conquista, en donde los actores normalmente eran nativos haciendo propia la expresión de su cultura, sus raíces, con la inclusión de elementos autóctonos y una evidente actitud reivindicativa que se negaba a ver morir una identidad.
“En esta vida todos somos danzantes, festejamos que estamos vivos, alabamos a Dios y agradecemos a los santos. Somos Guerreros desde la infancia, artistas del baile y la música por generaciones. Por ejemplo yo empecé desde chiquillo, cuando tenía 6 años en San Juan de los Lagos, bailaba en el grupo de San Juan Bautista, eramos los cargadores de la central, puros parientes.”
El vinculo con Lagos de Moreno fue el enlace matrimonial con su mujer, un fuerte motivo que lo orilló a cambiar de residencia, desde entonces se ha dedicado a varios oficios pero en 30 años siempre ha situado en el centro de sus actividades la Danza.
“Mis muchachos ya tienen hasta 20 años danzando, comenzamos con una tambora de cartón. La danza es nuestro estilo de vida, todos mis hijos tienen sus trabajos en fábricas y en la construcción, pero llevan un Matachín del que difícilmente se podrán separar. Ser danzante no lo veo como un negocio sino como un gusto” confensó el líder de los Matachines del Maguey.
El baile con la Muerte
“A la muerte no hay que temerle, caminamos con ella. También le danzamos, a ella y al Guerrero de Luz porque para allá vamos, todo danzante es un guerrero de luz, así lo veo. Cuando un danzante muere pasa por el Mictlán, el lugar de los muertos, pero es una transición hacia la luz, hacia una vida eterna en la que nos convertimos en algo parecido a un ángel protector, para allá va todo danzante.”
La danza Matachines tiene en su repertorio un danza dedicada a los muertos, ”el son de la muerte” una pieza lenta que induce al transe, un ritmo que según lo descrito por el líder de esta danza, provoca que la mente se libere en tiempo y espacio, breves momentos de fervor a la santidad y los difuntos, lapsos de unión con las sensaciones que deja la vida.