Un paseo por la ciudad camotera y un viaje de cuatro horas convertido en ocho, fue parte de la travesía que tuvieron cerca de 200 aficionados esmeraldas que asisitieron al partido ante Puebla.

El Estadio Cuauhtémoc resistió la visita de los hinchas de León, quienes aseguraron su entrada pese a la falta de efectivo y el cerco policial que los resguardó desde su llegada a Puebla. 

Quienes llegaron en plan de familia consiguieron entradas sin traba alguna, aunque el recelo de los aficionados locales era notorio. 

La gente de León se posicionó sin hacer mucho escándalo en tribuna, al menos hasta que comience el partido.

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