El día antes de que Oprah Winfrey comenzara a rodar “Lee Daniels’ The Butler”, estaba en la Casa Blanca hablando con el presidente Barack Obama.
El acceso que tuvo a la residencia presidencial en el 2012, para una entrevista de campaña, fue mucho mayor que el de su personaje en la película. Winfrey da vida a Gloria Gaines, la esposa de un mayordomo de la Casa Blanca interpretado por Forest Whitaker, cuyo servicio abarca siete presidencias y las décadas de los cambios en la lucha por los derechos civiles.
“Me dijeron, ¿quiere hablar con algún mayordomo?”’, recordó Winfrey en una entrevista reciente. “Les dije: ‘No, ¿no tendrán alguna esposa de mayordomo?’ Hablaría con ellas”.
Hacía 15 años que Winfrey no estaba en el cine. La última vez fue en la adaptación de 1998 de la novela de Toni Morrison “Beloved”, producida por la compañía de Winfrey Harpo Productions. Desde entonces ha estado bastante ocupada. “The Oprah Winfrey Show” se convirtió en un referente cultural y su trabajo en el cine (el más famoso papel lo tuvo en “El color púrpura” de Steven Spielberg, por el que fue nominada a un Oscar) pasó a un segundo plano ante su papel como ícono de la televisión y empresaria.
“Sólo dedico mi tiempo a algo que realmente me interesa”, dijo Winfrey. “No estoy interesada en salir en películas sólo por hacerlo”.
Daniels tuvo que ser persistente. Había considerado a Winfrey para el papel que terminó en manos de Macy Gray en “Precious” de 2009, aunque Winfrey se convirtió al final en productora de la película. También había pensado en ella para otros proyectos.
“Fue difícil”, dice Daniels de la labor de convencimiento. “Estaba buscando algo que pudiera hacer con ella, y le seguía diciendo ‘tienes que volver a trabajar’, porque fue increíble en ‘El color púrpura’. La quería egoístamente para mí. Quería verla en pantalla”.
“Le di un guion que ella no podría rechazar”, dijo Daniels del trabajo de Danny Strong. “La enganché. Una vez que lo logré, se acabó mi lucha”.
El momento no era el más adecuado para Winfrey, que estaba tratando de que su canal de cable OWN lograra despuntar. Aunque la cadena está mejor ahora (recientemente se volvió redituable), al comienzo fue difícil tratar de encontrar una programación con identidad y atraer a espectadores a un nuevo canal.
“Me pareció que era una historia importante, a pesar de que estaba en medio de un momento loco en mi canal”, dijo Winfrey. “Le dije a Lee tantas veces: ‘Lee, Lee, Lee, no puedo hacer esto, no es el momento para mí’. Y él me respondía ‘Lo voy a hacer. Voy a seguir’. Y ‘tú me dijiste que sí. ¡Me lo prometiste, Oprah!”’.
Mientras Winfrey trabajaba en “The Butler” también estaba completamente metida en OWN: preparando programas, comprando otros y negociando para que Tyler Perry fuera productor, una medida que resultó ser un gran factor en la recuperación del canal. Y lamenta haber tenido que hacer tanto malabarismo.
“Para hacer cine uno debe salirse de su propia vida, hacerlo y después volver”, dijo Winfrey. “Estuve al borde de un ataque de nervios”.
“Espero que vuelva a surgir algo que signifique tanto para mí como esto, para que pueda invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para hacerlo bien”, agregó. “Es un trabajo, no es un juego”.
Retomar la actuación después de una década y media tampoco fue fácil, incluso para una personalidad de la televisión tan sazonada como Winfrey. Contrató a la entrenadora de actuación Susan Batson, quien ha trabajado con Tom Cruise y Nicole Kidman, porque “estaba asustada”, dijo. Aunque OWN le trajo muchas distracciones, Winfrey logró brillar nuevamente como actriz.
“Los días que estaba metida en el personaje me sentí muy bien”, dijo. “Fue maravilloso haber podido ejercitar de nuevo ese músculo. Realmente siento que eso es exactamente lo que estaba haciendo. Es como dejar de lado un instrumento musical y no tocarlo y después rescatarlo otra vez. Fue muy gratificante”.
La fumadora y bebedora Gaines no podría ser más distinta a Winfrey. Por momentos es un ama de casa gruñona que coquetea con una posible aventura extramarital y desbordada por los celos de que su esposo pase tanto tiempo atrapado en la vida doméstica de otra familia. Se burla del armario de zapatos de Jackie Kennedy y en algún momento suplica: “Quiero ir a la Casa Blanca”. En una escena memorable baila al ritmo de “Soul Train”. Si Daniels se hubiera salido con la suya habría estado desnuda, pero Winfrey, de 59 años, se niega a cruzar esa raya aun si fuera la última vez.
“No sé si volveré a hacer una película”, dice Winfrey. “Lo que sí sé es que mi papel en la vida es abrirle el corazón a la gente. Eso es lo que traté de hacer por 25 años en ‘El Show de Oprah’: permitirle a la gente ver, a través de las historias que contamos todos los días, una vía de acceso y de ser necesario una de salida. Esta película también nos da la oportunidad de hacerlo de un modo que yo no me esperaba”.