La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia fue publicada el primero de febrero de 2007, y después de grandes discusiones fue que se llegó a esta ley que ha sido reformada varias veces desde entonces. Estamos seguros que necesitamos erradicar todo tipo de violencia. Recordando que cualquier forma de abuso de poder es violencia.
Esta ley tiene por objetivo establecer la coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación, así como para garantizar la democracia, el desarrollo integral y sustentable que fortalezca la soberanía y el régimen democrático establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Contiene los principios rectores para el acceso de todas las mujeres a una vida libre de violencia que son: La igualdad jurídica entre la mujer y el hombre; El respeto a la dignidad humana de las mujeres; la no discriminación, y la libertad de las mujeres.
Alcanzar la igualdad de género pasa necesariamente por “transformar las reglas sociales” y los roles que subordinan a la mujer, es por lo anterior que se presenta mucha resistencia al cambio ya que se trata de modificaciones en lo que se relaciona con los roles de género. Éstos últimos están tan metidos en cada persona mediante los procesos educativos que desde muy temprano en la vida ha dejado una honda huella en cada uno. En un trabajo que estamos realizando sobre escuelas de paz impulsado por el Programa Nacional de Prevención contra la Delincuencia, hemos encontrado que las y los niños de cuarto año ya tienen una idea muy clara de las actividades (roles) que se han relacionado con ser hombre o ser mujer en nuestra cultura y que hacen que siga perpetrándose las grandes e injustas diferencias.
Este principio de no violencia es uno de los derechos humanos más elementales y destaca también los derechos de las víctimas de cualquier tipo de violencia, (no es verdad que los derechos humanos sean sólo para favorecer delincuentes) entre los que se contemplan la atención integral y la reparación del daño, éste último poco presente en nuestra cultura permeada por esa costumbre de sólo pedir perdón y ahí muere la cosa, no considerando que es muy importante y de justicia lograr esa reparación del daño ejercido, eso es lo que exige el enfoque basado en derechos humanos.
Desde luego estamos hablando de igualdad con equidad. Hay que lograr una participación en todos los ámbitos en donde se pueda lograr esa armonía, porque ahí no habrá abusos tampoco se pretende utilizar el poder para beneficio personal y mal trato de los demás. Lograr esa relación de “ni más ni menos” todas las personas con igualdad, justicia y armonía porque este es el único camino para la paz.
El remedio para combatir la violencia contra las mujeres son relaciones interpersonales respetuosas e igualitarias, la igualdad de género, y una cultura de diálogo que construya soluciones a través de uso de la razón y medios de comunicación constructivos.
Que las fechas de conmemoración del derecho a una vida libre de violencia nos lleve a vivir cada día con mayor consciencia del respeto por cada persona y logremos acciones que mejoren nuestra calidad de vivir.
¡Por la construcción de una Cultura de Paz!