Cuando se hablaba del retorno de cientos de paisanos de Estados Unidos a México se pensaba que habría una caída en las remesas, sin embargo éstas aumentaron, lo que refleja que quienes regresan son las mamás con los hijos o solo éstos últimos.
Así lo expresó la catedrática del Campus Celaya- Salvatierra de la UG, Ana Beatriz Vila, quien realiza un estudio en comunidades de migrantes.
“Se está registrando un cambio de escenarios: uno es que se regresan todos (los migrantes), otro que regresa la mamá con los hijos y se queda allá el papá, otro es que se quedan los papás y regresan los hijos que quedan al cuidado de los abuelos”, dijo.
Añadió que hay un factor que motiva estos escenarios, y es que cuando se llega a deportar a los papás sus hijos menores entran a un sistema de adopción en Estados Unidos; el último dato del que tuvo noticia es que había seis mil familias divididas.
“Estos niños cuando crezcan podrían demandar perfectamente a Estados Unidos por meterlos al sistema y deportar a sus papás y hacerlos crecer en esas condiciones”, dijo Ana Beatriz Vila.
Por eso ante el temor de ser divididas, las familias de paisanos se deciden por uno de esos tres escenarios. “Se vienen ellos y los papás se quedaron allá y son los que mandan remesas”.
No vuelven en Navidad 

Los paisanos sin papeles ya no vienen al estado en Navidad.
Ante el endurecimiento de políticas migratorias en Estados Unidos, cada vez son menos los paisanos indocumentados que año con año regresan a sus lugares de origen.
Ana Beatriz Vila dijo que en el Gobierno de Barack Obama ha habido un alto índice de deportación y retorno voluntario, pero “es previsible que los que no tienen papeles se queden ahí a esperar cuáles van a ser las soluciones que va a dar Trump.
“El proceso de circularidad está quebrado y sólo los que tienen papeles pueden estar moviéndose en las dos fronteras, son los que pueden venir en Navidad”, dijo.
Esto ocasiona que los paisanos se vean obligados a cruzar por el desierto, y si antes se pagaba a los ‘coyotes’ alrededor de tres mil dólares para que los cruzaran por la frontera, ahora éstos cobran cinco mil dolares.
“Correr el riesgo de regresar y no volver a pasar es altísimo. Hay una población varada en Estados Unidos y otra población varada en México, lo que está haciendo más difícil que se siga dando la movilidad”, dijo la especialista en el tema.
 

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