Habla la leyenda de una imponente figura, de un rostro delicado pero de facciones regias, de un aura poderosa y dominante. Alejandro Magno es el mayor de los héroes de la Antigüedad, un valeroso guerrero que siempre contó con un compañero en la batalla: su caballo Bucéfalo. Los grandes conquistadores, los reyes medievales, los generales y capitanes de la historia fueron conscientes de que su estela de poder se multiplicaba a lomos de un caballo. No eran un mero medio de transporte; eran una carta de presentación más eficaz que una espada o una corona de diamantes. Igual que hoy. Los caballos de los Jefes de Estado modernos ya no tienen melena ni cuatro patas; ahora tienen ruedas y motor, pero continúan siendo una herramienta cargada de simbología.
Un coche oficial siempre sirve para conocer a quienes los conducen, y más si se trata de un rey o de un presidente.
Mucho ha cambiado la historia desde Bucéfalo. Aunque no hace falta echar la vista tan atrás para comprobar la evolución de los vehículos oficiales. “La espectacularidad de los coches de los años 30, ha dejado paso a la seguridad más celosa”, explica Salvador Claret, director del Museo del Automóvil de Girona (España). Y continúa: “Cuando (Charles) de Gaulle entró en París, lo hizo en un coche descapotable. Eso tenía sentido, el pueblo quería verlo de cerca”. Eso no pasaría ahora, explica.
Por eso ahora los coches de los jefes de Estado y de gobierno buscan pasar desapercibidos y valen más por lo que callan que por lo que cuentan a primera vista.
¿EN QUÉ COCHES SE MUEVEN LOS LÍDERES?
Sin duda, el vehículo oficial más espectacular del mundo es el de Barack Obama. Apodado por la CIA como ‘La Bestia’, la fortaleza rodante del Presidente de los Estados Unidos es una limusina Cadillac de 5,5 metros de largo y 10 toneladas de peso, con una carrocería de más de 20 cm de grosor y unos cristales irrompibles de 12 cm (blindaje B7). Guarda contenedores de sangre pensados para una transfusión de emergencia y sus ruedas, gracias al sistema run flat, podrían circular más de 100 kilómetros incluso estando dañadas. El Earth Force One es un auténtico tanque de aspecto elegante y esbelto que, en el mercado, costaría unos 300 mil dólares.
MERKEL, EN MERCEDES
El coche de Angela Merkel, Canciller de Alemania, a pesar de ser más modesto que el de Obama, es el vehículo más seguro fabricado jamás por Mercedes-Benz. En concreto, se trata de un modelo S 600-Class con un blindaje de primera, un tanque de combustible de auto-sanación y un sistema de extinción de incendios. Su amplitud interior permite realizar incluso reuniones de varias personas. Carácter alemán.
LA SOBRIEDAD FRANCESA
François Hollande recorre las calles y carreteras francesas en un Citroën DS5 Hybrid4, en un alarde de sobriedad y conciencia ecológica, aunque sin renunciar a la elegancia y distinción del país. En su cochera cuenta también con modelos blindados de Renault o Peugeot (Sarkozy utilizaba el Vel Satis y un 607 que mandó construirse a medida), entregados por los mismos fabricantes.
EL ÍCONO DE JAGUAR
Theresa May ahora se puede mover en el auto que antes pertenecía al ex Primer Ministro del Reino Unido, David Cameron. Y no solo eso, dentro del Jaguar XJ puede dirigir a toda su nación gracias a una increíble plataforma digital instalada en el vehículo, por supuesto blindado y provisto de decenas de medidas de seguridad. Cuenta con reservas de aire y protecciones anti-gas y anti-bombas. La familia real británica se mantiene fiel a Bentley y suele utilizar una limusina capaz de resistir el estallido de una mina.
SEIS PUERTAS PARA PUTIN
Hoy por hoy, Vladimir Putin utiliza una moderna limusina Mercedes-Benz Clase S de seis puertas, aunque lo hará por poco tiempo. Con las sanciones que la Unión Europea tiene impuestas a Moscú, la industria rusa trabaja en un nuevo vehículo de producción nacional para el Presidente. Estará terminado en 2017 y contará con el llamado motor-zar, de 850 cv, más potente que el alemán. Se han filtrado imágenes de posibles vehículos, pero por ahora quedan como simples rumores.
Los “Presidenciales”
Los vehículos oficiales de los mandatarios suelen estar rodeados de cierta simbología, desde la opulencia a la conciencia ecológica.