En 2014 cumple 150 años el Seminario de León, semillero de sacerdotes, obispos y arzobispos.
Las conmemoraciones del Año Jubilar del Seminario Conciliar de León comenzaron el 25 de mayo, con una misa celebrada en la Catedral Basílica Metropolitana encabezada por el Arzobispo Alfonso Cortés Contreras.
El actual rector del Seminario Conciliar de León, el Padre José Márquez Márquez, informó que ha sido una institución que a lo largo de 149 años ha dado frutos abundantes, no sólo para la Iglesia, sino para la sociedad.
El Seminario de León, precisó el Padre Márquez, fue fundado el 25 mayo de 1864 por el primer Obispo de León, José María de Jesús Díez de Sollano Dávalos.
Se estima que en casi siglo y medio se han ordenado mil 259 seminaristas. Muchos de ellos han llegado a Obispos y Arzobispos.
Entre ellos están José Ulises Macías Saucedo, Felipe Padilla Cardona, Rafael León Villegas, Renato Ascencio León, Pedro Aranda Díaz Muñoz y Samuel Ruiz García.
Los últimos han sido José Guadalupe Torres Campos (Obispo de Gómez Palacio), Gonzalo Galván Castillo (Autlán de la Grana), Juan Frausto Pallares, (Obispo Auxiliar) y Rafael Sandoval Sandoval (Tarahumara), entre otros.
En los últimos 16 años, de diciembre de 1996 a mayo de 2012, se han ordenado 93 nuevos sacerdotes, dentro del ministerio del Arzobispo José Guadalupe Martín Rábago, un promedio de seis sacerdotes por año.
El pasado jueves se ordenaron tres, ya bajo el ministerio del Arzobispo Alfonso Cortés Contreras. El Rector reconoció que actualmente es más difícil reclutar jóvenes que estén interesados en las vocaciones sacerdotales, debido a la falta de formación de las familias en la materia.
“Pero a pesar de todo se sigue dando el mismo número de ordenaciones presbiterales cada año. Sin embargo, faltan sacerdotes porque la población crece, mueren sacerdotes y hay mucha necesidad”, añadió.
Subrayó que a pesar de todo, hay gran interés de la sociedad por apoyar al Seminario.
“La gente en general tiene amor al Seminario”.
Larga carrera
La del sacerdocio es una larga carrera. Después de salir de preparatoria son 10 años de estudios que culminan con filosofía y teología.
“El sacerdocio no es una carrera, sino una constante preparación espiritual, intelectual y apostólica”, resumió el rector.
Actualmente la Diócesis de León cuenta con tres casas para la preparación de sacerdotes.
Una casa de formación, secundaria, en San Felipe Torres Mochas; el seminario menor en Lomas de la Trinidad, para preparatoria; la casa de curso introductorio en la Montaña de Cristo Rey y finalmente, el Seminario Conciliar.
El Seminario Mayor estuvo durante años en la calle Mérida. Fue demolido, y ahora en su lugar está el Hotel Hotsson. Sólo quedó el templo de Belén.
Por iniciativa del Arzobispo Martín Rábago se construyó el actual Seminario que se localiza en la comunidad de Santa Rosa de Lima. Con un auditorio, una bella capilla, amplios jardines, canchas deportivas y aulas.
Comienza Año Jubilar
El 25 de mayo de 1864 comenzó su labor el Seminario Conciliar y el 25 de mayo de este año comenzó el Año Jubilar.
Seminaristas de las tres casas de formación: Seminario Mayor, Curso Introductorio y Seminario Menor, con sus sacerdotes formadores, el Rector del Seminario y fieles del Pueblo de Dios estuvieron presentes en la Catedral para la conmemoración.
El vocero de la Arquidiócesis, el Padre José de Jesús Ibarra Andrade, señaló que fue el Arzobispo quien presidió la ceremonia y dijo durante la homilía que en ese día de júbilo se iniciaba un camino que culminará dentro de un año.
El Arzobispo sostuvo que en el libro del Levítico, Dios nos indica la manera de celebrar un jubileo con tres signos principales: la relación del ser humano con la Tierra, con su propia libertad y su relación con Dios, que inscribe su ley en el corazón de sus criaturas.
“Ir al seminario es ofrecer el corazón para que sea educado por el Señor”, dijo en la ocasión el Arzobispo, quien vinculó el compromiso sacerdotal con el origen del ser humano, que es la tierra.
Abandona medicina por la fe
Noel Guillermo Figueroa Hernández tiene 30 años y se recibió de médico general en 2007 en la Facultad de Medicina de León.
Pero en 2010 decidió dejar las salas del hospital para ingresar al Seminario Mayor a los cursos de Teología.
“Siempre tuve la inquietud de ser Sacerdote. Dejé todo y aquí estoy. Ahora curso el primer grado de filosofía, estoy por entrar al segundo; me siento novato, pero creo que la formación de los sacerdotes es indispensable en la sociedad y yo he sentido el llamado de Dios”, explica.
Delgado y fácil de palabra, asegura que no lo pensó mucho para cambiar de carrera.
“Estudié para salvar vidas y ahora para salvar el espíritu de las personas. Que se dé a conocer el evangelio para la salvación del hombre”.
Figueroa exhortó a los jóvenes a sumarse a la vocación sacerdotal, con el apoyo de sus familiares, y no dejarse llevar por la mala información sobre la formación y el futuro de los sacerdotes.