Los nervios, la emoción, pero sobre todo la alegría de unirse ante el amor de su vida, fueron victimas de Salvador Díaz Gil y Bárbara Barragán Hernández.
Aquellos planes de formar una familia y caminar juntos en una misma dirección,  se comenzaron a hacer realidad con el sacramento del matrimonio.
El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe fue testigo de un amor que comenzó hace años atrás, y que con la bendición de Dios emprendió una aventura sin final.
En la ceremonia religiosa, los contrayentes estuvieron acompañados por sus respectivos padres.
Por parte de la novia, Laura Hernández y Rodolfo Barragán, hicieron saber a su hija la alegría de verla construir un nuevo hogar.
Isabel Gil y Salvador Díaz López, papás del novio, felicitaron a Salvador por el paso que decidió dar al convertirse en el hombre de familia.
En el transcurso de la ceremonia, los contrayentes escucharon el mensaje que el párroco les compartió, donde les aseguró que el secreto de un amor sin final radica en la confianza, el amor y la constantes comunicación.
Convertidos en esposos por siempre, Salvador y Bárbara se dirigieron a la ex hacienda Arandas, donde por varias horas disfrutaron de su especial fiesta de boda.
Como parte de la celebración, los papás de los ahora esposos, ofrecieron un brindis en honor a la eterna unión de sus hijos.

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