Los ecuatorianos tendrán que esperar al menos al miércoles para conocer los resultados de las elecciones presidenciales del domingo —el escrutinio lo encabeza el candidato oficialista, Lenin Moreno—, y saber si debe celebrarse una segunda vuelta.

La lentitud del escrutinio, la incógnita sobre una nueva votación y unos datos finales que se prevén muy ajustados mantienen en vilo al País y han elevado la tensión entre candidatos y sus seguidores. La autoridad atribuyó el retraso a fallos en la entrega de actas.

Ecuador cerró los colegios electorales el domingo a las cinco de la tarde. El escrutinio comenzó con normalidad, se ralentizó en torno al 70% y se detuvo, ya de madrugada, al superar el 80% de los votos contados. A lo largo del día, avanzó despacio hasta el 90%. Esta circunstancia, que según las autoridades ecuatorianas ya se ha registrado en otras elecciones, disparó las alertas de la oposición, sobre todo del conservador Guillermo Lasso, principal adversario del oficialista, ex vicepresidente de Rafael Correa.

El antiguo presidente del Banco de Guayaquil aseguró que sus seguidores vigilarán el proceso hasta el final y declaró: “Huele mal eso. ¿Cómo se van a demorar tres días por un 12%, cuando ayer, en dos horas, o en media hora, ya tenían escrutados un 12%”. La tensión se debe a lo incierto del resultado final, ya que la clave de esta cita electoral es la celebración o no de una segunda vuelta de los comicios.

El candidato del Movimiento Alianza se perfila desde el primer momento como ganador. Con casi el 90% de los votos escrutados, el respaldo a Moreno alcanzaba el 39.1%. Pero ese dato no es suficiente para evitar una segunda votación, puesto que necesitaría franquear la barrera del 40% y situarse a al menos 10% por encima de su directo competidor.

Moreno dijo convencido al cierre de las urnas que los ecuatorianos no tendrían que votar de nuevo el 2 de abril. Ese desempate supondría un golpe al proyecto político de Correa, que ha sufrido un desgaste en los últimos años, sobre todo por el frenazo económico en el País.

Por esta razón, tanto Moreno como el presidente saliente siguieron el escrutinio exhibiendo seguridad. No obstante, ya este lunes, ambos optaron por mantener una actitud más prudente.

Por el contrario, el conservador Guillermo Lasso, que obtuvo más del 28% de los sufragios, dio por hecho que habrá una segunda vuelta y que logrará capitalizar el voto de otros líderes de la oposición.

Sospechas de fraude

En cualquier caso, las circunstancias del escrutinio y la posibilidad de que el oficialista no logre imponerse holgadamente desde el incio —lo que no sucedía desde 2006— han marcado estos comicios.

Las sospechas de fraude sobrevolaron las redes toda la noche y, aunque no hubo acusaciones oficiales, Lasso avisó de que su formación fiscalizará el recuento de sufragios hasta tener resultados oficiales.

“Quiero advertir que estamos vigilantes para evitar un fraude”, subrayó Lasso. El dirigente mantuvo en entrevista que “el pueblo ecuatoriano, con valentía, va a defender lo que ha logrado en las urnas”, y enfatizó que sus simpatizantes controlarán el proceso “voto a voto”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *