El presidente francés, Francois Hollande, presumió que Europa “no construye muros ni hace pagarlos a sus vecinos”, al burlarse de su homólogo estadunidense, Donald Trump, y sus medidas migratorias hacia México y compararlas con el caso de las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta y la frontera con Marruecos.

“¿Qué debemos hacer?, ¿Qué nuestros vecinos (Marruecos) nos paguen un muro?”, dijo en una actitud más contundente contra medidas del nuevo Presidente de EU.

“Gracias a Marruecos y Turquía somos capaces de hacer frente a los flujos migratorios”, recalcó Hollande en un encuentro con el presidente español, Mariano Rajoy, en Málaga, antes de la cumbre de Versalles, a celebrarse el 8 de marzo, para robustecer la alianza de la Unión Europea.

Horas antes de las palabras de Hollande, 300 inmigrantes subsaharianos lograron franquear la frontera para llegar a Ceuta, en busca de su sueño europeo.

Sobre la pifia de Trump del inexistente atentado en Suecia, que soltó el fin de semana, Hollande dijo socarrón: “Algunas veces se informa, en el mejor de los casos, por la televisión, pero muchas veces por Twitter”.

A su vez, el español Mariano Rajoy fue más cauto en su mensaje, al hablar de que existen “relaciones magníficas” con el reino de Marruecos, donde uno de los temas centrales es la migración.

…Y aplauden muro como ‘muralla china’

El sábado, la fila bajo el sol de Florida era larga. Se estima que entraron al mitin 9 mil personas. La mayoría, adultos blancos de clase media, el sector mayoritario de los 62 millones de votos de Trump, mezcla de conservadores de vieja escuela y nueva derecha populista, que abrazan su faceta más radical.

“Lo mejor es el muro que vamos a levantar en la frontera con México”, dijo exultante Margie Soyers, una neoyorquina de 68 años. “Va a ser como la muralla china. Me lo imagino majestuoso, alto y (sonrió) probablemente electrificado”. Por la otra orilla de la calle pasaron unos manifestantes contrarios a Trump. “¡Estáis llenos de odio!”, les gritó un trumpista. “¡Antiamericanos!”, gritó Soyers.

La división política, azuzada por Trump con sus mensajes contra los liberales y los medios, es el espíritu actual de EU, con un 55% de desaprobación a su labor, según datos de Gallup, la peor valoración de un Presidente americano a estas alturas de mandato.

Entre los suyos hay quienes gozan de la crispación nacional y otros que la lamentan.

Atemperados o furibundos, los seguidores de Trump se mostraban satisfechos con su primer mes en la Casa Blanca. Repetían que está “cumpliendo sus promesas”.

“Los medios están pagados para decir cosas malas del señor Trump”, dijo con suavidad Cecile Bennett, de 70 años.

“Dios lo puso ahí para nosotros. Rezo por el cada día”, dijo con esfuerzo Betty Grover, de 93 años, acompañada por su hija Frida Hartman, de 70, que afirmó: “Lo que más me ha gustado hasta ahora es la orden de frenar el flujo de inmigrantes de países terroristas”, y opinó también que Obama era el responsable de la división social.

Ambas esperaban con los miles de seguidores de Trump para verlo y oír una vez más cómo “hará grande a América otra vez”.

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