Un total de 21 niñas murieron y otras 38 resultaron heridas por un incendio que se registró en el Hogar Seguro, cuando las jóvenes intentaron protestar por los abusos sexuales y físicos que sufrían.
La secretaria general del Ministerio Público, Mayra Véliz, dijo que de las 21 muertas, 17 fueron por quemaduras, y de las otras cuatro, aún investigan.
Según las primeras pesquisas, el fuego lo iniciaron ellas mismas en unos colchones, explicó el defensor de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), Abner Paredes.
Un centenar de personas se concentra en las inmediaciones y, entre llanto, súplicas y clamores, exigió a las autoridades las identidades de los fallecidos y los heridos.
Supuestamente las menores heridas y las que murieron trataban de protestar por abusos sexuales y físicos que sufrían, concretamente al celebrar el Día Internacional de la Mujer.
Aunque las trabajadoras del lugar intentaron apagar las llamas con extintores, el fuego se propagó rápido.
El trabajador de la Procuraduría dijo que fiscales investigan los hechos, y que se espera que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pronuncie medidas cautelares.
Uno de los jóvenes que salió, Daniel, de 16 años, contó a periodistas entre sollozos que las niñas fallecidas estaban encerradas en una escuela bajo llave, tras una revuelta organizada ayer, cuando 40 muchachos intentaron escapar.
El pequeño, acompañado de algunos familiares, señaló que las autoridades no las ayudaron, que tardaron mucho en reaccionar y que no les dejaron entrar para socorrerlas.
Con los ojos llorosos y la cabeza cabizbaja, padres, madres y hermanos de los recluidos exigen saber la verdad.
El padre de Pablo, de 14 años, contó que su hijo está en el centro, pero desconoce su estado, aunque no duda en denunciar que podría ser víctima de abusos.
Un grupo de mujeres comentó los testimonios que en su día contaban los pequeños y aseguran que son golpeados y violados.
Decenas de policías, bomberos, miembros de la Coordinadora Nacional Para la Reducción de Desastres (Conred) y la Cruz Roja, entre otros, se encuentran en el lugar, al que se prohíbe el acceso a la prensa.