La incursión del Rally en la Ciudad de México se convirtió en una pesadilla para organizadores, equipos y aficionados en Guanajuato.
El traslado de los autos de competencia desde la capital del país hacia León, que debía darse en 5 horas, duró casi 12, lo que obligó a cancelar los dos primeros tramos de terracería, programados ayer en Guanajuato capital.
La travesía comenzó a las diez de la noche del jueves, minutos después de que los 25 autos disputaron una histórica etapa en el Zócalo de la Ciudad de México. Los vehículos fueron cargados en tres camiones tipo madrinas y salieron de la capital custodiados por una patrulla de la Policía Federal.
La intención era que los autos llegaran a León alrededor de las tres de la mañana, mientras que los pilotos viajaron en avión y durmieron sin problemas en sus hoteles, a la espera de una jornada de siete tramos, el primero programado a las 11:28 de la mañana.
Pero tras hora y media de camino, a la altura de Tepozotlán, Estado de México, el convoy fue avisado sobre un choque múltiple en el kilómetro 79 de la autopista México-Querétaro. Según Televisa Hidalgo, la lluvia y el exceso de velocidad hicieron derrapar a un trailer y éste impactó otro camión, una camioneta y dos autos compactos.
Protección Civil de Tepeji del Río reportó dos personas heridas y el tráfico quedó completamente detenido, pues uno de los trailers quedó volcado sobre los tres carriles.
Para colmo, en esa zona de la carretera los carriles de ida y vuelta están separados por una cuneta de unos 300 metros, lo que dificultó la llegada de los servicios de emergencia y de remolque, además de hacer imposible que quienes se dirigían a Querétaro pudieran circular en contraflujo.
Al imprevisto se sumó una falla de comunicación. Mientras el convoy del Rally estaba en Tepozotlán, fue informado sobre una supuesta liberación de la autopista, por lo que reanudó la marcha cerca de la una de la mañana.
Se anuló así la opción de regresar a la Ciudad de México para tomar una vía alterna y “rodear” el accidente vía Pachuca. Las madrinas del Rally avanzaron media hora y dieron con el embotellamiento.
Ahí se encendieron las alarmas y no hubo forma de apagarlas. Llamadas nerviosas entre los choferes y los organizadores del Rally; frecuentes consultas a la Policía Federal y mucha impotencia.
El parón se extendió casi hasta las seis de la mañana y cuando la autopista fue liberada, ya asomaba la posible cancelación de al menos el primer tramo.
Cerca de las ocho de la mañana, la Federación Internacional del Automóvil decidió cancelar no sólo esa etapa de El Chocolate 1, sino también la de Las Minas 1, la actividad de terracería del Rally se pospuso hasta las 4 de la tarde.
Para cuando los trailers llegaron al Rally Campus, a las 9:45, mecánicos y pilotos esperaban ansiosos. Los vehículos fueron descargados, revisados y reparados, aunque el daño estaba hecho.