Reparaciones de SAPAL dejaron pérdidas calculadas en al menos 400 mil pesos en dos empresas manufactureras de calzado.
Alrededor de las 3 de la madrugada del viernes la familia de José Bárcenas Vargas escuchó a su perro ladrar de forma inusual, cuando fueron para ver qué pasaba lo encontraron casi cubierto por agua.
“Ladró el perro, como está amarrado ahí ya se estaba ahogando, tuve que meterme por él a desamarrarlo, ya casi lo cubría el agua”, platicó José.
Su casa, en el número 138-A de la calle Codorniz, en la colonia Paraíso Real, sufró una inundación que aseguró llegó a dos metros de altura.
El hermano de José, Evaristo, tiene un taller de calzado en su casa y la producción de dos semanas se echó a perder.
Alrededor de las 6 de la tarde del jueves personal de SAPAL inició obras en la calle, hizo un hoyo del que nueve horas después saldría el agua que arruinó el trabajo de los hermanos y una fábrica vecina.
En la calle en desnivel, ésta corrió y se metió a la casa de la familia Bárcenas por el portón y empezó a acumularse.
Según estimó José, se arruinaron 200 pares de calzado, cada uno con costo de producción cercano a 300 pesos; además a esta pérdida se suma la del día no trabajado.
“Se echaron a perder, se lograron rescatar algunos pero la gran mayoría eran 200 pares que no se salvaron”, dijo.
Consideró que la afectación pudo haber sido menor si el personal de SAPAL hubiera reparado la fuga en el momento, no pasadas las 9 de la mañana del viernes, como lo hizo.
José y su familia trataron de desviar el agua pero no funcionó, también intentaron poner piedras en el hoyo para evitar que saliera más, pero la tarea terminó con el hombre dentro del agujero intentando escapar, mientras su producción era arrastrada por el agua desperdiciada.
A las 3 de la mañana llamaron a SAPAL y les contestaron que en 10 minutos llegaría alguien, pero esos 10 minutos se convirtieron en varias horas. 
Relató que dijo a la operadora que la inundación había crecido y nadir llegaba… “y no, no llegó nadie, de hecho dieron las 6 de la mañana y no sé cómo pero se detuvo el agua”.
Al poco tiempo llegó personal de Protección Civil pero no pudo intervenir ya que el departamento jurídico de SAPAL debía recabar evidencias para poder determinar su responsabilidad y costo por daños.
Una vez que llegaron trabajadores  sacaron agua y lodo con bombas, José aseguró que le dijeron que esas cosas pasaban y que no era su culpa.

 

Por daños queda mal con cliente

De la casa de José Bárcenas el agua se pasó a la fábrica de calzado Long Beach, contigua por la parte del fondo.
El agua estancada ocasionó que se perdieran 400 pares de zapatos con un costo de aproximadamente 220 pesos cada uno, además de la pérdida de un día de producción equivalente a mil 200 pares.
José Luis Carranco Mandujano, jefe de producción de Manufactura Long Beach, dijo que ya no podrán cumplir con la fecha de entrega a un proveedor y su credibilidad se ve afectada.
“Yo prácticamente estuve parado ese día, tengo un atraso con este cliente, son siete días de producción por ese pedido… prácticamente el cliente no cree en ti o es raro que tú le digas ‘es que me inundé’”.
Aunque trabajadores intentaron abrir los registros y los portones de la manufacturera, el agua seguía trasminándose por una pared que colinda con la casa de José.
Los 140 empleados pasaron su jornada laboral limpiando el agua.
“No se dan cuenta de que mucha gente depende de esto, en este caso toda nuestra gente que está trabajando a destajo y se ve afectada porque es algo que no podemos controlar”, explicó el jefe de producción.
La pérdida de tiempo debe recuperarse de alguna manera.
“Tenemos que trabajar tiempo extra para tratar de cumplir a los clientes y pues lógico, sacar los destajos de toda la gente”.
Carranco Mandujano finalizó explicando que la respuesta de SAPAL  fue inadecuada a la hora de hacerse cargo técnicamente del problema pero también a la hora de responsabilizarse.
“No fue una buena respuesta, él decía que esto podría pasar a cualquier persona, él decía que era por parte de las circunstancias, no se hacían responsables hasta que llegó el seguro”, concluyó.
 

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