Estados Unidos recurre a un tono más diplomático al afrontar el proceso para revisar el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá (TLCAN).
Lejos de las amenazas que hizo Donald Trump cuando aspiraba a llegar al Despacho Oval, sus negociadores son partidarios de introducir ajustes menores aunque en algunos aspectos trata de desmarcarse de la práctica seguida por anteriores gobiernos. Se espera que el proceso arranque antes del 10 de abril.
La administración que preside Trump ya está circulando ya un primer borrador entre los miembros del Congreso de EU con las líneas generales para modificar los términos del acuerdo. El cambio más importante que se propone pasaría por permitir imponer aranceles en el caso de observar un incremento masivo de las importaciones de un producto, que puedan causar un “daño o una amenaza seria” a la industria local.
Donald Trump planteó durante la campaña aplicar un arancel de hasta el 35% en la frontera para ciertos artículos que se producen en México para consumirse en EU. Ese peaje amenazó con aplicarlo en concreto a los fabricantes de coches de Detroit como una medida para frenar la deslocalización de empleos hacia el sur de la frontera, donde los costes laborales son más bajos que en el norte.
El resto de los cambios planteados por la oficina del representante de Comercio serían menores y muy genéricos, lo que choca con la retórica que utilizó Trump durante la campaña, en la que calificó el tratado como un verdadero desastre.
Por ejemplo, se mantendría la provisión que permite solucionar litigios en paneles de arbitraje, esquivando los tribunales locales. La idea es mejorar los procedimientos.
Las negociaciones aún no comenzaron. Para eso el Departamento de Comercio debe enviar antes una carta al Congreso en la que marca oficialmente el inicio del proceso de revisión, estableciendo un periodo de consultas de 90 días. EU evitará, de acuerdo con el borrador, utilizar el TLCAN como arma de negociación del tipo de cambio o para establecer objetivos de déficit.
Los legisladores pueden proponer cambios a esas prioridades, aún muy generales. Se hacen referencias a la agricultura, telecomunicaciones, propiedad intelectual y reglas de origen para cosas como componentes de automoción. El borrador lo firma Stephen Vaughan, el representante de Comercio en funciones. La nominación de Robert Lighthizer debe ser aún aprobada.
Precisa Casa Blanca postura
La información contenida en el borrador de la notificación al Capitolio para arrancar las negociaciones del TLC entre México, EU y Canadá, no necesariamente refleja la postura actual estadounidense advirtió ayer la Casa Blanca.
“No es una evaluación precisa de dónde estamos en este momento”, dijo el vocero Sean Spicer a pregunta directa sobre el borrador de la notificación que la Administración del presidente Donald Trump entregó a un grupo de congresistas en una reunión de consulta esta semana.
Según The Wall Street Journal que evaluó el borrador, es relativamente modesto en sus metas respecto a la drástica oposición que el Mandatario había presentado en su campaña; la Casa Blanca aseguró que no es un documento final.
“No hay nada en esos documentos que estamos confirmando, o más en ese reporte que estemos confirmando. No es una Declaración de Política Administrativa”, precisó Spicer.
Según el vocero presidencial, la Administración Trump está enfocada en lograr que el Senado ratifique a Robert Lighthizer, el nominado a la Oficina del Representante Comercial de EU (USTR, por sus siglas en inglés), un nombramiento clave que está siendo detenido por los demócratas en la Cámara Alta. (Agencia Reforma)