Dadas las circunstancias y el momento en que nos encontramos quiero hacer el comentario siguiente, dejando las últimas dos entregas de Criando hijos (as) con actitudes positivas en un mundo negativo para compartir en las fechas venideras.
Dos hechos han conmovido a la opinión pública de las y los mexicanos en estos días y han sido la del exgobernador Yarrington a quien se le menciona como coludido con el otrora poderoso Osiel Cárdenas y que realizaron un imperio de muerte y terror en varias partes del país; y es que con los datos que se tienen ahora se confirman muchos de los “decires” de la población.
El otro hecho es el de PEMEX y la empresa brasileña, en donde se evidencia que hubo mucha comisión de por medio para la entrega de contratos y que se da en tiempo de los dos últimos mandatarios de este país. Y que también hace patente algo que ya intuíamos, pero no había sido tan claro como ahora, en que existen pruebas que así lo señalan: los alcances de las redes de corrupción e impunidad que se dan en este país.
Los anteriores son dos de los temas más tratados por los comunicadores en estos días, y ello nos lleva a tener sentimientos encontrados, ya que nos damos cuenta de los alcances de las redes de corrupción, lo cual confirma el grado de descomposición del sistema en que nos encontramos actualmente y que nos trae pensamientos de desánimo, dolor y muerte.
Además de lo local nos encontramos en una encrucijada a nivel internacional por el caso de Siria y las grandes potencias lo cual hace un momento de crisis mundial.
Por otro lado, de acuerdo a la más pura tradición cristiana, celebramos la fecha más grande del calendario litúrgico con la resurrección de Cristo. Para ello se tuvo que pasar por el dolor y la muerte porque éste es el camino de la esperanza para el reconocimiento de la resurrección.
Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
La resurrección es el paso de la muerte, de todas muertes a la vida de seres bien informados y conscientes. El misterio pascual. Resurrección no es volver a lo mismo. Nueva vida en la esperanza de una resurrección. Reconocer dignidad y aportación. Es tiempo de ser auténticos, vivir el reino. Hemos vivido como si fuera normal vivir en impunidad y corrupción. Nos dice que quien quiera tener autoridad debe servir, es la forma de lograr un verdadero liderazgo, y que somos iguales todos.
El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del ser humano, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que, aunque implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo se realiza de manera positiva con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu, la vitalización del ser por una vida nueva, que desborda gozo y paz, en una palabra, la presencia del Señor resucitado.
Con esta tónica hago una invitación esperanzadora ya que como dice el Padre Solalinde: “tenemos todas las condiciones para Resucitar México”. Es la resurrección de todos y todas mediante acciones de limpieza y motivación de poder vivir una verdadera vida. Muchas personas actuaron de formas deshonesta y pensaron que nunca se sabría. Hoy estamos seguros que hay que apoyar los mecanismos que transparenten el actuar de todas y todos los mexicanos, sobre todo de los que son los servidores públicos.
¿Te apuntas para resucitar?
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!