Desde hace 30 años, Claudia Aranda Torres se dedica a la pintura, disciplina que se ha vuelto parte de su vida, tanto, que todos los días tiene que haber un lienzo en su caballete.
“Ha sido muy placentera mi vida gracias a la pintura y al arte, he descubierto muchísimas cosas, me ayuda mucho a transmitir lo que siento”.
Cursó el área de Arquitectura en la prepa del Instituto Lux y fue en ese momento cuando se dio cuenta que se le facilitaba dibujar.
Más tarde, y gracias al impulso de su esposo, estudió Historia del Arte y Pintura, en la Universidad de la Salle Bajío, donde aprendió las técnicas de acuarela, acrílico, óleo y pastel.
Su fuerte siempre ha sido pintar figuras humanas, de hecho recordó que el primer cuadro que hizo fue un desnudo de mujer, el cual lo compró su cuñado, Raúl Álvarez Gil.
En la actualidad también pinta mandalas, diagramas o representaciones simbólicas bastante complejas, utilizadas tanto en el budismo como en el hinduismo.
“Me gusta pintar mandalas, todo empezó con una ida a Estambul, ahí todo es muy místico, empiezas a ver otra cultura totalmente diferente,  me empecé a proyectar y comencé a leer sobre ellos. Para mí  es una manera de meditación”, dijo.
Ha hecho mandalas en todas sus formas: en acrílico, hoja de oro, madera y en hoja de oro petroleada.
Sus obras han sido expuestas en distintos lugares de la ciudad como: el Teatro Manuel Doblado, Teatro María Grever, Museo De La Salle, Casa de Piedra, Casa de la Cultura y el Hospital Materno Infantil.
También ha llevado sus pinturas a lugares como: Guanajuato, San Miguel de Allende, San Luis Potosí y hasta Miami.
Tiene dos menciones honoríficas por parte del Teatro Manuel Doblado, un galardón que le entregó Norma Nolasco y el premio GUMSA 2008.
Las técnicas que conoce las ha aplicado para decorar su hogar con cuadros, charolas, burós de madera, entre otros artículos, incluso las recámaras que eran de sus hijos.
Hace un par de meses inauguró su tienda de ropa y accesorios para dama “Alaraka” y el lugar también se encuentra adornado con mandalas en la pared y cuadros de la autoría de la artista.
Para ella el arte no siempre es una cosa bella y estética, también es ansiedad y hasta inquietud, en ocasiones.
“Muchas personas piensan en ‘arte’ como algo estético, algo hermoso, algo que tiene que gustarle a todo el mundo, pero no siempre tiene que ser de esa manera”.
La pintora planea hacer una exposición en su tienda y actualmente está trabajando en algunos pedidos especiales, para algunos de sus clientes.
“Todos los días se te ocurre algo nuevo, una idea que es totalmente diferente a la de ayer y una cosa te lleva a otra, en mi caso a la escritura, por ejemplo”, dijo.
“El arte me llena muchísimo y siento que cuando me animo a expresar todo lo que siento, puedo llegar a contagiar a la gente de algo muy positivo, es una sensación única”.
 

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