El entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, declaró ante el juez en noviembre de 2010 que se había reunido en dos ocasiones con el ex dictador Jorge Videla para interceder por los dos sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, detenidos por el Ejército y posteriormente liberados tras cinco meses de torturas.
De acuerdo con un video difundido por el diario argentino Clarín, el Pontífice declaró por cuatro horas durante el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA).
“A fines del ‘75 y en el ‘76 percibí la preocupación normal de todos los sacerdotes que trabajaban con esta opción (los pobres). Habían matado a (Carlos) Mugica, era una referencia imborrable, y en julio de 1976 (se produjo) la famosa ‘cascotada’ en la (provincia de) La Rioja, había cierta violencia respecto a sacerdotes así (que trabajaran con los pobres)”, dice Bergoglio en su testimonio.
En la grabación, Bergoglio recuerda que había recomendado a Yorio y a Jalics que tomaran precauciones a causa de las críticas que “algunos sectores” habían hecho contra los sacerdotes que trabajaban en barriadas populares y citó el caso del asesinato del padre Carlos Mugica, en 1974. También relata que mantuvo dos ásperos encuentros con el entonces jefe de la Armada Emilio Massera y el ex dictador Jorge Videla para interceder por los dos sacerdotes jesuitas.
“Mire Massera, yo quiero que aparezcan”, afirmó que dijo al entonces número dos de la dictadura argentina.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, negó el pasado viernes las acusaciones realizadas pro el periodista argentino Horacio Verbitsky contra el Papa Francisco, según las cuales el Cardenal no había protegido suficientemente a los dos sacerdotes jesuitas.
“La justicia argentina lo ha interrogado una vez pero sólo como conocedor de los hechos. No se le imputaba nada y ha negado con pruebas todas las acusaciones”, recordó el portavoz. Por el contrario, añadió, es conocido “lo que Bergoglio hizo por proteger a muchas personas en la dictadura argentina” y por “promover la petición de perdón por parte de la Iglesia argentina por no haber hecho lo suficiente durante la dictadura”.
El ahora Pontífice aludía a los asesinatos del padre tercermundista Mugica en Buenos Aires a manos de una banda ultraderechista en 1974, del franciscano Carlos Murias y del párroco francés Gabriel Longueville, cuyos cuerpos fueron hallados acribillados en 1976 en la provincia de La Rioja (al noroeste de Buenos Aires).
También se refirió al Obispo de La Rioja Enrique Angelelli, asesinado el 4 de agosto de 1976, en un hecho que la dictadura intentó simular como accidente de auto en la ruta, pero 30 años después se probó el homicidio en una causa abierta en la que está enjuiciado Videla.
Respecto a Yorio y Jalics, éstos fueron liberados cinco meses después, pero durante su estancia en la ESMA fueron sometidos a tortura.
El Papa, quien era jefe de los jesuitas en 1976, fue acusado por entidades humanitarias de no haber hecho lo suficiente para evitar las detenciones.
Declaró Papa que intercedió ante dictador
En 2010, Jorge Mario Bergoglio reveló ante un tribunal que abogó por dos jesuitas ante el ex dictador Jorge Videla