El presidente Donald Trump firmó a última hora del viernes su primer proyecto de ley importante: el plan de gastos de un billón de dólares que financia las operaciones del gobierno hasta septiembre.
Las dos cámaras del Congreso dieron luz verde a la propuesta esta semana y Trump la firmó a puerta cerrada en su casa de Nueva Jersey casi a la medianoche del viernes, cuando empezarían a cerrarse algunas operaciones gubernamentales si no se contaba con presupuesto.
Pero siguen vivas otras batallas por el gasto del gobierno a medida que la Casa Blanca y el Congreso elaboran un plan de gastos para el año fiscal que comienza el 1 de octubre.
Los republicanos elogiaron el hecho de que Trump haya conseguido 15 mil millones de dólares en gastos adicionales del Pentágono, así como mil 500 millones de dólares en gastos de emergencia para la seguridad fronteriza -aunque no para el muro que ha prometido construir en la frontera con México-.
Trump también desea un enorme incremento en el gasto militar y recortes de similar magnitud a programas internos y a cuentas destinadas a asistencia en el extranjero.
El Mandatario firmó el proyecto de ley pese a sus objeciones a cláusulas incluidas en la medida. Una de ellas le prohíbe al Departamento de Justicia emplear algún fondo para impedir que estados y territorios estadounidenses implementen leyes sobre la marihuana medicinal.
En un pronunciamiento escrito que acompañó al proyecto de ley y en el que explicó sus objeciones, Trump dijo que se reserva el derecho de ignorar esa cláusula. Planteó la posibilidad de que el gobierno pudiera interponer acciones legales contra los estados y territorios que legalicen la marihuana con fines médicos.
Bajo las leyes federales, la hierba continúa siendo ilegal para cualquier uso. La Casa Blanca indicó previamente que se avecinaba una represión contra su uso recreativo.
También se opone a una cláusula que controla la transferencia de prisioneros de instalaciones estadounidenses en Bahía de Guantánamo, en Cuba. Pero la Casa Blanca dijo que esta objeción no debería ser vista como una modificación de políticas, sino como una declaración de su punto de vista de que en algunas circunstancias la cláusula podría entrar en conflicto con su autoridad constitucional y sus obligaciones.
El amplio proyecto de ley de mil 665 páginas incrementa el gasto en la NASA, investigación médica, FBI y otras agencias policiales.
Sonríen demócratas por ‘Trumpcare’
Ahora es el “Trumpcare” y los republicanos tienen que responder por el nuevo plan de salud.
Después de decenas de votaciones simbólicas, los republicanos en la Cámara de Representantes finalmente aprobaron una propuesta para revocar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Barack Obama, y el presidente Donald Trump elogió el reemplazo como “un gran plan” que “realmente ha unido al Partido Republicano”.
Los demócratas están muy contentos, pues aseguran que los republicanos podrían enfrentar duras consecuencias políticas a consecuencia de ello.
A pesar de que aún falta la intervención del Senado, los republicanos ahora poseen en gran parte una medida que podría restringir, y en algunos casos, eliminar por completo los beneficios que los estadounidenses han gozado durante siete años.
Uno de los puntos principales es una garantía para pagar la misma cantidad por la cobertura sin importar el historial de salud.
Los analistas presupuestarios estiman que 24 millones de personas perderían su seguro en el transcurso de una década, y 14 millones de ellas en el primer año, mientras que las personas de mayor edad enfrentarían costos más elevados.
Es posible que el Senado ajuste la medida, pero 217 republicanos en la Cámara de Representantes votaron para aprobarla.