Con 25 años de trayectoria docente, la maestra María de los Ángeles Corona Galicia se ha entregado en cuerpo y alma a su profesión, logrando ser un ejemplo para sus alumnos e impulsora del desarrollo educativo del estado.

La maestra comparte profesión con 4 de sus hermanas, gusto que le nació desde muy niña y que la llevó a profesionalizarse y apoyar a menores que acudían a cursos de verano.

“Desde niña me gustaba ayudar a los niños que iban con problemas de aprendizaje, desde la secundaria ayudaba a los niños de primaria a regularizarse, a las tareas y en ese tiempo entré al INEA a dar clases de los adultos, me gustaba mucho enseñar, se me hacía fácil”, destacó.

Cuando estudiaba la carrera cubrió varios interinatos y al concluir comenzó a dar clases en un preescolar privado, donde formó a varios profesionistas exitosos que actualmente coadyuvan con el desarrollo de la ciudad.

Una de las experiencias que más recuerda fue en 1993, cuando daba clases en una primaria rural en el municipio de Abasolo, pues tenía que caminar hasta 10 kilómetros todos los días para llegar a impartir sus clases y donde logró rehabilitar espacios que dignificaron la educación de los menores.

Cuando llegó se percató que los niños de cuarto a sexto de primaria no sabía ni leer ni escribir, lo que fue un reto que pudo superar, pues los 16 alumnos lograron participar en una competencia con resultados favorables.

“Los empecé a motivar, sus papás la mayoría se iban a Estados Unidos y no les podían pedir dinero porque no sabían escribir, ahí fue donde se que pude ayudar a estos niños, logré que todos supieran lo básico”, recordó.

Actualmente se desempeña como maestra de apoyo a la dirección en una escuela primaria de la comunidad Malvas, pues tuvo problemas en las cuerdas vocales por uso y abuso de la voz, lo que no ha parado su deseo de continuar formando a los jóvenes.

A través de los años, ha recibido noticias de sus alumnos quienes le han dicho que se convirtieron en maestros gracias a ella, por lo que exhortó a los jóvenes maestros a impulsar la educación con vocación de servicio y entrega, dejando de lado la apatía.

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