Generar un ambiente de tranquilidad y seguridad para sus alumnos, donde los riesgos de sufrir bullying sean mucho menores a los de otras instituciones, es uno de los grandes objetivos de Laura Amezquita Rodríguez, directora de la primaria, Maestro David Alfaro Siqueiros, en Irapuato.

Desde hace 34 años, Amezquita Rodríguez se dedica a la labor de la educación, mientras que desde hace 10 años es directora de esta escuela, donde ha implementado un arduo trabajo contra el abuso entre los 471 alumnos que acuden a diario a esta institución.

“Tenemos años trabajando en nuestra escuela este tema tan interesante del bullying porque es algo que se puede dar en todas las escuelas, el abuso que se da de los más grandes a los más pequeños, en diferentes circunstancias, a la hora del recreo, dentro del salón, en lo baños”, comentó.

El trabajo conlleva la participación de los 18 maestros que están a cargo de las clases a los alumnos, pero también de los padres de familia, buscando entre todos hacer una mancuerna que evite que estas situaciones de acoso se puedan dar en la institución.

“Hemos ido mejorando esa práctica, la clave es la comunicación efectiva entre los padres de familia, los niños, manejamos un calendario de valores y actividades en los grupos referentes a cada mes, un periódico de valores”, comentó.

Para Laura Amezquita, la regla de oro “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan” es una de las más importantes para los estudiantes y personal de la institución, por lo que el diálogo es constante con todos ellos.

“Cuando hay algún problema tenemos un reglamento de convivencia, que se presentó en el Periódico Oficial que desde hace 4 años lo estamos trabajando, ahí vienen las sanciones, las obligaciones, se les dio a conocer a los padres”, explicó.

Dentro de los protocolos de atención se encuentran el acercamiento del maestro con el niño que está generando alguna situación de bullying o agresión a sus compañeros o docentes, para después tener acercamiento con los padres de familia y que el estudiante comprenda lo que está haciendo mal.

“El maestro hace un reporte al padre de familia, quien platica con el maestro para llegar a acuerdos y compromisos, los niños deben entender cuáles son las faltas que cometió, dependiendo del valor que el niño faltó, busca la información y da una exposición a los demás grupos sobre ese valor”, indicó.

Agregó que el alumno que cayó en alguna falta, tiene una ficha de seguimiento, convirtiéndose finalmente en un ‘monitor’, vigilando a los otros alumnos para que no repitan esa misma conducta.

“Realmente los maestros son muy comprometidos entonces hemos tenido muchos avances, trabajamos valores con cuentos, los niños hacen escenificaciones, tenemos en el año muchas actividades, salidas a museos, a la feria, hemos ido a empresas donde les damos la oportunidad a los niños de tener una visión más amplia, ellos aprenden a convivir”, indicó.

Para Amezquita Rodríguez esta es una de las formas en las que puede impactar en la educación de las generaciones de alumnos que pasan por las aulas de la primaria que dirige, buscando crear también mejores ciudadanos.

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