El nuevo residente francés, Emmanuel Macron, mantuvo con su homólogo ruso un pulso verbal tenso y sincero.
En rueda de prensa en Versalles, ni uno ni otro ahorró artillería. Macron acusó a medios estatales rusos de intoxicar la campaña electoral francesa con propaganda, mientras que Vladimir Putin elogió a la rival electoral de Macron, Marine Le Pen.
Entre Macron y Putin hubo promesas de mejorar la relación, reiniciar el diálogo bilateral y celebrar en común más de tres siglos de irregular amistad franco-rusa.
Se entrevistaron, almorzaron y pasearon por el Palacio de Versalles, y acabó la parte versallesca de la reunión.
Macron había prometido “diálogo firme”, y se cumplió. De Ucrania a Siria, pasando por las sospechas de injerencia rusa en la campaña electoral francesa, Macron y Putin se mantuvieron en sus posciones. Ni una cesión.
Si el régimen sirio, apoyado por Putin, usa de nuevo armas químicas, la respuesta francesa será “inmediata”, amenazó Macron.
Las sanciones a Rusia por la anexión de Crimea, las cuales Macron apoya y Le Pen quería levantar, “no contribuyen en nada a acabar con esta crisis, así que hay que terminar con ellas”, lamentó Putin.
De los ciberataques contra Macron, atribuidos a los mismos piratas rusos que el año pasado golpearon la campaña de Hillary Clinton, prefirieron no hablar.
“El presidente francés no ha mostrado ningún interés, y yo, aún menos”, dijo el ruso.
“Hablamos de ello cuando Vladímir Putin me llamó para felicitarme. Soy pragmático. Le dije todo lo que tenía que decirle, y él me dijo todo lo que tenía que decirme. Yo avanzo”, terció el francés.
Pero Macron no ocultó su irritación con las campañas de desinformación vinculadas al Kremlin. Justificó la exclusión, por parte de su equipo, a periodistas de Russia Today y Sputnik News, acusándolos ante Putin de actuar como “órganos de influencia y de propaganda”. Propaganda, habría podido añadir, en favor de intereses de Putin, que en campaña recibió en el Kremlin a Le Pen, su elegida francesa.
La relación entre Francia y Rusia lleva enrarecida desde la crisis de Ucrania en 2014, lo que se agravó con la intervención rusa en Siria en 2015.
Putin, al contrario que Trump, no oculta sus antiguas preferencias.
En Versalles dijo que las ideas de Le Pen sobre identidad nacional y soberanía de los estados “no están desprovistas de fundamento”, y celebró que la líder del partido ultra Frente Nacional “siempre haya actuado por el desarrollo de las relaciones entre [Rusia y Francia]”.
“Esto”, se defendió, “no significa que nosotros hayamos intentado influir en los resultados electorales”.
En EU, donde el candidato de Putin ganó, el caso sigue abierto. En Francia, el robo y difusión de documentos del partido de Macron no impidió su victoria. Es caso cerrado.