Imborrable y para siempre.

Así es como ayer quedó registrado en su brazo izquierdo, la imagen del trofeo de Campeón del Clausura 2017 para Matías Almeyda.

El pastor del Guadalajara pasó la mañana en un local de tatuajes de la Ciudad, para grabarse el trofeo que levantó junto a sus jugadores, además de la fecha de la Final y las 12 estrellas que hoy tiene el equipo.

Sin embargo, el “Pelado” había dicho en la euforia de la coronación el domingo, que se tatuaría algo distinto.

“Gracias eternas. Mañana me tatúo el escudo de Chivas, porque me queda por siempre, aparte de mi corazón en mi piel”, dijo ante varios micrófonos.

Al final pareciera que el estratega sudamericano lo pensó más en frío, lo analizó a fondo y quizá, para evitar repercusiones profesionales a futuro, sólo optó por el trofeo y las estrellas, sin ninguna leyenda o señal alusiva a Chivas o al Guadalajara.

En redes sociales hubo quienes le reprocharon el no cumplir con ponerse el escudo, pero hubo otra mayoría que le respaldó y hasta le elogió el gesto de ponerse el trofeo y las estrellas, las mismas 12 por ejemplo que también presume en la Liga el Club América.&

Aunque en los tatuajes son muy comunes entre los futbolistas, ya hubo un caso de un jugador chileno que no pudo ser contratado por un club que le buscaba, cuando se enteró que tenía grabado en su pecho el escudo del archirrival.

Leo Monje, de 35 años, y quien se ha tatuado los escudos de los 16 equipos en los que ha jugado, reconoció que cuando militaba para el Palestino, la Universidad de Chile no le pudo contratar cuando se enteró que tenía grabado el de la Universidad Católica, su primer equipo profesional y archirrival de la “U”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *