A través de las redes, compañeros y amigos de Christian Omar González, el guardia del bar Mosquito, asesinado el 28 de mayo, acusan al presunto criminal y piden justicia.
Por lo menos cinco guardias identificaron a Omar N. cuando le disparó a quemarropa a Christian, en la cabeza y en el cuello, en el estacionamiento del antro ubicado en bulevar Campestre casi esquina con prolongación López Mateos.
Los testigos declararon y entregaron fotografías de Omar N. y de uno de sus acompañantes, a la Policía Municipal y a la Procuraduría de Justicia, en las siguientes horas del asesinato.
También minutos después del crimen, subieron fotos de Omar N. y del joven que lo acompañaba, a un chat de whattsapp integrado por elementos de seguridad de centros de espectáculos y restaurantes de la ciudad.
De esta manera supieron que el presunto asesino después de matar a Christian, siguió de fiesta en un antro ubicado en la avenida Cerro Gordo, a unos dos kilómetros del Mosquito. El mismo reporte lo compartieron con las autoridades.
En los siguientes días del asesinato de Christian, los testigos declararon al Ministerio Público que Omar disparó a su compañero quien trató de desarmarlo. Ellos se escondieron entre los autos estacionados para esquivar las balas.
Seis de sus compañeros dijeron a la Procuraduría que Omar disparó a Christian en la cabeza, a escasa distancia. La víctima cayó con vida pero murió segundos antes de recibir atención en el Hospital General.
El crimen ocurrió a las 2:10 de la mañana. Testigos narraron la escena y señalaron al culpable dos minutos después del asesinato; entregaron fotos primero a la Policía Preventiva y cuarenta minutos después a agentes ministeriales.
Algunos de los compañeros de la víctima declararon que Christian, ya herido, extendió los brazos en un intento de desarmarlo, pero el criminal le disparó en la cabeza.
La empresa que administra el bar cooperó con las autoridades sin reservas, admite la Procuraduría. Entregó videos y otras pruebas y ha acompañado a sus colaboradores a declarar.
“Estamos entrevistando a más personas, describiendo videos y esperando peritajes”, dijo ayer Jesús Aguilera, director de Averiguaciones Previas de la región, al responder a am sobre el avance de la investigación.
La víctima conocida como “El Bebesote”, por su estatura, peso y carácter afable, tenía 34 años, era experto en cuidar el orden en bares y conciertos. No tenía antecedentes penales. Estaba casado, con dos hijos y en espera de su tercer bebé. Su familia vive con modestia.