Once días en una suite “amueblada de manera exquisita con un estilo elegante y cosmopolita”. Vista al océano Pacífico. Rodeado de tiendas de lujo, restaurantes caros y bares de primer orden. Pagando alrededor de mil 500 dólares por noche.
“El que dice que menos es más, es por que nunca tuvo más”, reza el eslogan del Trump Ocean Club International Hotel & Tower, la guarida del político mexicano Roberto Borge, acusado de operar con recursos de procedencia ilícita.
La Procuraduría General de la República anunció el domingo la detención del ex Gobernador de Quintana Roo.
Borge es el último eslabón de una cadena de ex gobernadores priístas acusados de corrupción. El veracruzano Javier Duarte, que estuvo en busca y captura durante cinco meses hasta que cayó en abril, y el también prófugo César Duarte de Chihuahua, figuran en la misma lista.
“Pertenecen a los actores de la nueva generación política que forma parte del Partido”, dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto, a unos meses de ganar las elecciones de 2012 sobre Borge y los Duarte.
Cinco años después, los rostros del “nuevo PRI” han sido desterrados y desconocidos por el priismo y tienen al oficialismo con un panorama cuesta arriba rumbo a las presidenciales de 2018.
Borge inició en la política en 2003 de la mano de Felix Gónzalez Cantó, que gobernó Quintana Roo entre 2005 y 2011. En ese entonces, tenía 23 años, se acaba de graduar como licenciado en Administración de Empresas por el Tecnológico de Monterrey y era el secretario privado de González Cantó, que tenía un cargo como diputado federal.
El joven Borge se convirtió dos años más tarde en secretario particular del recién electo gobernador González Cantó y, en 2009, a los 29 años dio el salto para ocupar su propia curul en la Cámara de Diputados, donde fue secretario de la Comisión de Medio Ambiente.
Su ascenso meteórico hizo que dejara la diputación tras solo seis meses y pidiera licencia para contender por la candidatura al Gobierno de Quintana Roo, que concentra las paradisíacas playas del Caribe mexicano y los fuertes intereses económicos de Cancún y la Riviera Maya, los principales puntos turísticos del país.
La alianza del PRI, el Partido Verde Ecologista de México (aliado incondicional del priismo en las dos últimas elecciones nacionales) y el Panal (controlado en ese momento por la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, hoy detenida por tres causas ante la Justicia) ganó las elecciones del 4 de julio de 2010 por un margen de dos a uno frente a su más cercano competidor, el izquierdista Gerardo Mora.
Durante su mandato, Borge llamó la atención del resto del país por la creación en 2014 de la llamada “Ley antimarchas” que prohibía las manifestaciones y por su fuerte apuesta por los desarrollos turísticos, aunque tuvieran consecuencias ecológicas devastadoras y los tratos se cerraran en la opacidad, según sus detractores.
La carpeta abierta contra Borge investiga la supuesta venta irregular de inmuebles del Estado muy por debajo del valor comercial a favor de su mamá Rosa Yolanda Angulo y su presunto testaferro César Celso González.
A pesar de que el cerco contra el ex gobernador se estrechaba, Borge había resultado impoluto de los señalamientos hasta que la administración de Carlos Joaquín González interpuso una denuncia ante la PGR en noviembre pasado.
El actual Gobierno de Quintana Roo asevera que Borge enajenó y vendió irregularmente nueve mil 600 hectáreas de terrenos de la entidad durante su mandato.
La PGR aprovechó la debilidad de Borge por el lujo y el glamur para capturarlo con ayuda de la Interpol.
Las indagatorias señalan que el ex Gobernador tenía una red de colaboradores que le facilitaban el traslado y alojamiento en su huida: Miami, La Habana, Las Bahamas, Panamá y después París para finalmente llegar a España.
Si todo salía conforme al plan, Borge habría pasado los próximos días en Barcelona, pero las autoridades lo detuvieron antes de volar a Europa. Hace unas semanas, el ex Gobernador había sido supuestamente captado en un partido de la NBA en Miami.
Borge llegó a Panamá el pasado 25 de mayo, la orden judicial en su contra se emitió el pasado 31 de mayo.
Se movía en Uber, la misma firma que combatió a capa y espada para que no entrara en los principales puntos turísticos del Caribe mexicano.
Se hospedaba en el cuarto 24 de la lujosa torre de 70 pisos con forma de vela del presidente de Estados Unidos. Ese es el rastro del escape temerario, contradictorio e inverosímil de Roberto Borge Angulo, el decimoséptimo ex Gobernador investigado por corrupción en los últimos 17 años.
Se dio vida de lujo
Antes de ser capturado, el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, recorrió cinco países, en los que tuvo una vida de lujo, llevando su gusto por el basquetbol, la comida libanesa, traslados en Uber y la renta de suites en los desarrollos turísticos más exclusivos, “con un estilo elegante y cosmopolita” como el de la Torre y Hotel Internacional Trump en Panamá, país en donde fue capturado el domingo.
Borge viajó a Toronto, Canadá; a la Habana, en Cuba; paseó por Nasáu, Bahamas, hasta llegar a Panamá el 25 de mayo, sin ser perseguido por la justicia, porque fue el 31 de mayo que la Procuraduría General de la República obtuvo la orden de aprehensión con fines de extradición y se emitió la ficha roja internacional a través de Interpol con la que se le detuvo en el Aeropuerto de Panamá antes de viajar de París, Francia. La PGR dijo que su detención “no es un tema político”, en medio de las elecciones.
Borge está acusado de lavado de dinero, por la venta irregular de terrenos patrimonio del estado a prestanombres a bajo precio. Fue sometido a exámenes médicos y conducido a una celda transitoria. Deberá comparecer en una audiencia para ser notificado sobre las razones de su detención. La Sala Penal de la Corte dará continuidad a la extradición.