Grandes espacios vacíos y con espesa hierba son los que más abundan en el terreno que ocupa el Parque Ecológico de Irapuato (PEI), aparte de pocos instrumentos para la recreación de quienes visitan el lugar.
Quienes trabajan en el lugar no quieren dar información sobre la situación en la que se encuentra el parque, que cobra por entrada 5 pesos a adultos y 3 a niños, aunque el lugar no tiene una barda o malla perimetral, porque el acceso, puede ser gratuito.
La entrada está inconclusa, con una pared que indica que se podría practicar rappel, para después abrir paso a un invernadero con cactus y otras macetas que se exponen al poco público que visita el PEI.
En el mismo invernadero se pueden ver computadoras en desuso que se amontonan en una esquina, igual que las pocas mesas que tiene a su disposición el visitante para comer o pasar la tarde, seguido por un par de columpios y resbaladillas, en la zona de juegos.
Los espacios que están desocupados son enormes, donde se podrían acondicionar otros espacios recreativos, aunque el PEI está en un lugar poco accesible para la mayoría de los ciudadanos de Irapuato.
Gilberto Luna Hernández, de 18 años, recuerda que desde hace 6 años visitaba el parque, porque vive cerca, para andar en su bicicleta en unas rampas de madera que ahora están inutilizadas, por la madera carcomida que las conforma.
La nueva pista de skate tiene un costo de 12 pesos, siendo visitado el domingo desde las 11 de la mañana a las 4 de la tarde por jóvenes en patinetas, bicicletas y patines, que se trasladan desde diferentes puntos de la ciudad para disfrutar de este espacio, que no recibe mantenimiento y ya se encuentra graffiteado.
“Desde hace un año me enteré de la pista, no frecuento mucho por acá, hay chavos que sí se les hace más difícil venir hasta acá, les gustaría venir pero sí está complicado, están en mucho mejores condiciones porque en las otras la madera tronaba, ya ha mejorado mucho el parque”, comentó.
Con él está otro chico que trae sus patines puestos, son los únicos dos chicos que después de las 11 de la mañana entraron al parque para utilizar la rampa, y es lo único que utilizaran, yéndose después de media hora, cuando mucho, una hora.
“El domingo es cuando nos juntamos más, vienen muchos que quieren usar el lugar, la verdad es que está muy bien el espacio, aunque luego está medio sucio pero venimos porque es un espacio muy grande”, terminó.
En opinión de Luna Hernández, al PEI sólo le falta un poco de atención del Gobierno.
La cancha de futbol tiene pocos daños, con gradas a un costado y una cerca que protege el campo, que se ve apenas utilizado por los equipos que pueden pagar la renta de la cancha, que es de 250 pesos por hora.
A la salida del parque, en el pequeño estacionamiento, se puede ver publicidad colgada de un grupo de boy scout que  los sábados asisten al parque para realizar diferente tipo de actividades recreativas.

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