Viven aventura sin palabras

Plantearse un festival vestido de Retrofuturo y no invocar a Julio Verne habría sido un sacrilegio, pero el Festival Internacional de Arte Contemporáneo se libró de ello este viernes gracias a la compañía Seña y Verbo.
La apreciada compañía de teatro de sordos, que desde hace más de una década visita con cierta regularidad León, fue nuevamente huésped del FIAC, ahora para presentar su versión de “La vuelta al mundo en 80 días”.
Aunque no es la aventura más “futurista” de Verne (pues no alude a ninguna tecnología adelantada a su tiempo), no deja de tener los elementos y atmósferas que más tarde retomarían los abanderados de tendencias como el steampunk.
La travesía del aristócrata inglés Phileas Fogg alrededor del mundo para ganar una apuesta, fue recreada con gracia, ingenio, mucho humor y lenguaje de señas para sordos, por un elenco de cuatro actores silentes: Roberto de Loera, Eduardo Domínguez, Jofrán Méndez y Lucila Olalde.
Simultáneamente, y sentada discretamente en una esquina del escenario, Montserrat Marañón, en el papel de Julio Verne, servía como narrador-traductor para los oyentes, al tiempo que, como en una radionovela, manipulaba un arsenal de elementos para crear los efectos de sonido.
Adaptada por la experimentada Haydeé Boeto, la obra dibuja las aventuras que Fogg y su mayordomo Passepartout pasan en barco, tren y lomo de elefante, salvando todos los contratiempos que se oponen a que terminen a tiempo su viaje; entre ellos el molesto inspector Fix, que lo cree un asaltante en fuga.
La puesta en escena de Alberto Lomnitz no es aparatosa en lo material, pero sí muy rica e inteligente en sus recursos, destacándose, además de los efectos de sonido en vivo, el ingenioso gabinete con múltiples puertas de Patricia Gutiérrez que sirve como núcleo escenográfico.
Julio Verne ayer volvió al Grever al FIAC, pero en tónica de jazz, gracias al concierto homenaje que la banda local Los Increíbles Pájaros Lolos ofreció ayer.