Los talleres de dibujo y pintura se trasladaron a la destreza manual para armar robots, leer instrucciones y seguir diagramas de flujo.

El dominio de la tecnología en los niños ha llevado a las instituciones educativas a incluir la robótica como una materia extra, para que los pequeños genios puedan desarrollar su curiosidad.

Un grupo de veinte niños tuvieron su primer acercamiento con la robótica dentro del taller realizado en la Universidad De La Salle. La institución facilitó las instalaciones para que el grupo realizara los ejercicios prácticos.

El curso duró un semestre, tiempo en el que los pequeños asistieron a una sesión un viernes al mes.

El reto para estos niños de entre 5 y 12 años, fue construir uno de cuatro modelos diferentes, manufacturados de origen por la marca Stern.

José Manuel Delgado Aguirre, coordinador del proyecto, explicó que los alumnos al final del curso tendrán habilidad manual, podrán seguir instrucciones por un diagrama de flujo, generando una habilidad matemática.

Con los robots que eligieron para el proyecto se busca despertar en los niños la conciencia de energías renovables, de ahí que cada uno está perfilado a la energía hidráulica, eólica, solar y batería.

“Los niños están despiertos a la tecnología, tienen habilidad para armar, los prototipos son en algunos casos hasta sencillos para ellos”.

Alma Adriana Camacho Pérez diseñó este taller como complemento de su carrera magisterial para impulsar en los niños el gusto por la robótica.

El proyecto comenzó en 2013, y ésta sería la quinta generación que asiste a este taller de robótica diseñado por la docente, el cual es resultado de participar en la Semana Nacional de la Ciencia del CONACYT.

Llevar de la mano a los niños para que armen desde pequeños prototipos hasta algo más elaborado es fundamental, explicó Adriana. “Queremos que (los niños) se inquieten por la robótica, la ciencia y la tecnología”.

Al final del curso, los pequeños logran desarrollar habilidades electrónicas y mecánicas cómo interpretar un diagrama, armar, ensamblar y programar.

“A los niños les gusta mucho interactuar con el prototipo”.

La profesora con formación en Ingeniería Electrónica y un Doctorado en Óptica, comentó orgullosa que algunos de los niños han continuado con cursos de robótica en otros niveles de mayor complejidad.

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