Juan Carlos Osorio deja claro que sabe jugar más con las palabras que con el Tri.
Los discursos rebuscados, las justificaciones de todo tipo y las explicaciones incomprensibles no nos llevan a nada concreto. A un año de la participación en el Mundial de 2018, hoy estamos en la postura de afirmar que calificaremos caminando pero sólo iremos a participar.
Hay potencias que con un seleccionado ‘B’ y a medio gas, nos ganan.
A los 20 triunfos sumados por el técnico colombiano con la Selección Nacional en 28 partidos, habrá que ponerles un asterisco para indicar que debemos ir a las letras chiquitas donde leeremos que nadie se hace responsable de los sueños rotos. Porque somos sólo eso, puros sueños.
México cuenta con una llamada generación europea catalogada como de oro, pero con un técnico aferrado a que se adapten a su ideología de juego que sólo unos pocos entienden. Él y su auxiliar.
No minimizo los conocimientos de Osorio en el mundo de la dirección técnica ya que estos son vastos, pero dista mucho de ser el timonel que venga a consolidar a nuestro balompié dentro de los mejores del orbe.
El 7-0 de Chile en la Copa América y el 4-1 de los alemanes en el Confederaciones le restriegan en la cara a Osorio que sus formas y fondos no son en mucho una revolución futbolística a nivel de selecciones. Lo malo es que esos resultados nos salpican a todos.
Estas goleadas nos dan la sensación de que hay agrado de los jugadores hacia el técnico porque saben que van a jugar aunque se haga caso omiso de las debilidades que proporciona un sistema de rotaciones cuando no lo entrenas a diario.
Se habló bien de la mentalidad mostrada contra Portugal en el inicio de la Confederaciones, pero también de la tibieza que se tiene al defender. Contra Nueva Zelanda se criticó por la forma de enfrentar este duelo por tantos cambios y a pesar de que se superó a Rusia, el Tricolor estuvo lejos de gustar.
Jugadores ubicados en otra posición a su naturalidad y las mejores armas olvidadas en el banquillo, acentúan las dudas sobre esta era.
Sabemos que en la cancha la responsabilidad es de los jugadores en una buena parte, pero fuera del rectángulo empastado la exigencia es para el técnico y queda claro que Osorio maneja un equipo vulnerable que las selecciones del primer mundo pueden aniquilar fácilmente.
Los federativos mexicanos no van a matar este proceso, pero entonces deben ponerse a chambear para evitar otro oso como contra Chile y Alemania.
Nos queda un año para aguantar más rotaciones, más verbo del entrenador y que el resultado de Rusia 2018 dicte la continuidad de Osorio.
Estuvo chido lo que dijo él sobre que el Tri mereció más en el partido de ayer por ser eficientes pero no eficaces, y sí, los aztecas pudieron meter tres goles a marchas forzadas.
En contraparte, Alemania jugó con nuestra dignidad cuando supo que México no respondería a dos trancazos tempraneros y los germanos pudieron haber metido siete si hubieran acelerado.
Tiene razón Osorio, po… Read more