Atender a los jóvenes que consumen drogas para evitar que sean utilizados por la delincuencia para vender las sustancias nocivas, es uno de los objetivos que tiene la dirección de Proximidad Ciudadana, a cargo de Julio César González Borja.
El funcionario municipal reconoció que los jóvenes que cometen delitos rondan entre los 15 y 23 años, siendo un ‘caldo de cultivo’ para que comiencen a cometer delitos más graves, debido a la ‘fragilidad de la ley’ con los menores infractores.
“Es ahí donde llegamos, donde tratamos que no sean objetos de otras personas, tenemos proyectos para involucrar a padres de familia de menores infractores, que se den cuenta que realmente el ser infractores y no tener control sobre sus hijos les puede traer consecuencias garrafales, como la muerte”, indicó.
González Borja detalló que en lo que va de la Administración Municipal se llevan atendidos alrededor de 3 mil 700 jóvenes, siendo un porcentaje menor el de los casos que se han detectado que se dedicaban a la venta de droga.
Indicó que buscan, en lo que resta del trienio, con programas como Copa Comunidades, duplicar este número, contemplando con atención a los jóvenes.
“Los resultados han sido bastante buenos, en las pandillas en el caso de los jóvenes vulnerables han estado tranquilas, porque constantemente estamos en el contacto con ellos, los resultados no son de la noche a la mañana en materia de prevención, lo que estamos trabajando hoy en día dará resultados en algunos años, porque también estamos trabajando con niños”, aseguró.
González Borja dijo que la estrategia que mejores resultados ha tenido es invitar a los jóvenes a jugar fútbol, pero es sólo una forma de acercamiento, pues cuando los jóvenes acceden a recibir al personal de Proximidad Social, se imparten platicas para los padres, consiguiendo la cooperación de algunos, aunque no todos están dispuestos.
“Sabemos de la fragilidad de la ley (con respecto a los menores de edad), por eso analizamos el tema, para hacer énfasis del trabajo continuo de los jóvenes, quisiéramos estar con todos los jóvenes pero no se puede, algunos corren cuando llegamos, hay padres que si nos apoyan, los llevan a los talleres, tenemos jóvenes que incluso consiguieron trabajo o terminaron de estudiar, que se están rehabilitando, pero hay casos en los que no lo permiten”, finalizó.