Una nueva línea de investigación emergió en múltiples pesquisas sobre la posible colusión entre la campaña presidencial de Donald Trump y el Kremlin.

Se trata de la difusión en redes sociales de noticias falsas fabricadas por los rusos para desacreditar a la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton, de acuerdo con un reporte de The Guardian.

Los investigadores intentan determinar si partidarios de Trump y sitios de noticias de extrema derecha se coordinaron con Moscú para la publicación de noticias falsas sobre la demócrata, como historias que la implicaban en asesinatos o pedofilia, o si recibieron alguna paga para impulsar esas publicaciones en Facebook.

El jefe de la campaña digital de Trump, Brad Parscale, supuestamente fue convocado para comparecer ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, como parte de la pesquisa del comité sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016.

Mark Warner, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia del Senado, asegura que al menos mil personas en una instalación rusa recibieron pagos para inyectar en redes sociales noticias falsas sobre Clinton durante la campaña.

Según Warner, hay pruebas de que los responsables se enfocaron en los estados clave, como Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, lo cual genera la incógnita de si hubo coordinación con la campaña de Trump.

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