Ana Beatriz Vizcarra, mamá de Camila y Fernanda, las dos niñas que contrajeron el virus coxsackie en León, nos recibió en su domicilio para compartir cómo afrontó la también conocida como enfermedad de manos, pies y boca.

En la calle Almandino de la colonia Villas de la Luz, se encuentra la casa de Ana Beatriz, marcada con el número 115A. Ana vive con su esposo, dos hijas y su pequeño bebé de sólo tres meses, que por fortuna no enfermó.

“Tenía cita con mi niño en pediatría en el Hospital General Regional y fui a sacar cita y me llevé a mi hija Camila; entonces, mientras yo estaba formada, ella anduvo corriendo de un lado a otro y andaba bien. Al siguiente día en la mañana, mi niña mayor, Fernanda me dice: mami, Camila no se quiere levantar porque le duelen sus pies”, mencionó.

Ana Beatriz dijo que en ese momento pensó que sólo era una ampolla y cuando revisó los pies de su hija Camila, se llevó la sorpresa de que la pequeña tenía muchas ámpulas en las plantas de los pies, “pequeñas pero muchas”, dijo.

Fue entonces cuando Ana Beatriz y su esposo decidieron llevar a su hija al Hospital Pediátrico porque se asustaron, relató. “Me asusté y ya cuando íbamos en el camino le vi que también traía ámpulas en sus manitas y en la boca por dentro, entonces ya la llevé y el doctor me dijo que lo conocían como el virus de boca, pies y manos, que ese virus era contagioso pero que no tenía mucho problema, o sea que no era peligroso”.

En cuanto a medicamentos, la mamá mencionó que en Hospital Pediátrico no le recetaron ningún antibiótico ya que le explicaron que el coxsackie, por ser un virus, es una enfermedad que así como llega, se va, únicamente le medicaron Loratadina para la comezón.

“Me regresé a mi casa y el médico me dijo que la tenía que tener aislada y la metí al cuarto y le dije ‘ahí estate’; yo por miedo de que mi bebé de tres meses se enfermara, y pues a los tres días Fernanda empieza a sentirse cansada y con dolor de cuerpo y yo pensé que se iba a enfermar de la garganta o algo así. Ya después le vi los pies y ya estaba igual”, aseguró.

Cuando Ana Beatriz se percató de que su hija Fernanda tenía ronchas en las palmas de las manos le revisó también los pies y se dio cuenta que ya se había contagiado, en este caso la niña presentó mucha fiebre, por lo cual decidió llevar a sus dos hijas al Pediátrico.

“En esta ocasión la doctora que me atendió me dijo que eran los síntomas y que no era necesario ni darle antibiótico ni nada, ni llevarla después, ni tener un control sobre esa enfermedad porque el virus, como llegaba, se iba de siete a 15 días”.

Por siete días Camila y Fernanda permanecieron enfermas, sin embargo, actualmente ambas se encuentran en buen estado de salud pues sólo les quedaron leves marcas de lo que fueron las ámpulas en sus manos y pies.

Finalmente, Ana Beatriz, hace un llamado a los padres de familia para que estén muy atentos ante cualquier síntoma o signo de alerta, asegura que sobre todo es necesario no asustarse y acudir al médico para que éste realice el diagnóstico.

“No sacar a sus hijos a lugares donde hay tantos enfermos y no llevarlos a lugares donde hay demasiados virus de tantas cosas que tú no sabes y mejor mantenerlos en casa y alejarlos de esos lugares. Lo importante, yo pienso, es que es una enfermedad curable y que no pasa a mayores si se detecta a tiempo”, concluyó.

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