Con un peculiar e imponente tono de voz, Juan Ruiz, mejor conocido como el “Chocoamigo”, recorre el barrio del Coecillo deleitando a sus clientes con sus chocolatosos productos, a bordo del “chocomóvil”; aunque esto no siempre fue así.

“Chocobanas, Chocofresas , chocodanoninos y ahora chocoflan” es el eslogan que le cambió la vida a Juan, que antes de ser el “chocoamigo”, era un importante gerente de ventas, empleo que dejó para ayudar a su esposa en su propio negocio.

Su especialidad son las chocobananas, pero también hay antojos de fresa, danonino, flan, guayaba y mango; todas sus delicias vienen congeladas y cubiertas de chocolate, cereales, galletas, coco, nuez o amaranto.

“Mi señora, Blanca Marty, me convenció de vender las chocobanas, ella las prepara y yo las vendo; en un principio me daba mucha pena caminar por las calles vendiendo, pero ahora es muy natural y todo mundo me saluda” platicó el “Chocoamigo”, con una hielera en cada mano, un gran sombrero y la actitud alegre con la que recorre, de martes a domingo, las calles del barrio, llenando de felicidad a los clientes y transeuntes.

Tienen historia

El feliz matrimonio dio vida al negocio hace siete años y ahora cuenta con una sucursal en la calle Acapulco, frente al jardín de San Juan, además de un triciclo que le permite llegar a más personas.

“Me hice de un triciclo para caminar menos, y cargar más producto, también le puse un audio para ya no gritar tanto; los clientes son muy ocurrentes y me bautizaron el triciclo como el ‘chocomóvil’” contó, explicando que su trabajo le ha regalado buenas amistades y el cariño de los habitantes del Coecillo, la central camionera y otras colonias donde vende sus postres.

Pero su popularidad es mayor con los niños

Los niños son quienes más lo quieren y prácticamente le hacen fiesta donde lo ven, aunque también hay otros que hacen berrinche y le lloran cuando termina su venta por haberse quedado sin producto que ofrecer.

“Tengo clientes de todo, los que me regañan porque ya no traigo el ‘chocoproducto’ de su agrado, o los que me toman fotos y bromean diciendo: ‘si no conoces al chocoamigo, no eres del Coecillo’”.

Juan considera que la clave de su éxito está en la limpieza, calidad y buen servicio que ofrecen a sus clientes, así como que el esfuerzo e ingenio que ponen para crear nuevos productos.

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