Habitantes de León con discapacidad auditiva no pueden tramitar por sí solos una credencial de elector, licencia de conducir, o pasaporte; tampoco sacar un acta de nacimiento o registrar a un bebé… ninguna de las oficinas gubernamentales en las que se solicitan esos documentos tiene un traductor para ayudarlos.
am visitó oficinas y módulos de atención de dependencias como el Instituto Nacional Electoral, Registro Civil y Tránsito Municipal, por mencionar algunas, y en ninguno se encontró con un traductor para sordomudos. Tampoco en la Presidencia Municipal.
Quienes atendieron señalaron que los solicitantes con esta condición debían acudir con su propio traductor, no había otra manera de atenderlos, pese a que la ley establece que tienen derecho a la accesibilidad, equidad e integración.
La Asociación de Sordos de León fue fundada en 2001, apoya a sus integrantes para estudiar primaria y secundaria, aprender el lenguaje de señas mexicanas y evitar rezago educativo en niños sordomudos que asisten a una escuela regular.
am conoció aquí casos de personas que han tenido dificultades al hacer trámites para, por ejemplo, casarse, o solicitar un crédito en el Infonavit.
Además se enfrentan a la barrera de comunicación que deriva del desconocimiento del lenguaje de señas, incluso por su propia familia.
Sin embargo un sector de esta comunidad encontró una ventana a la educación a través de esta asociación, que atiende en promedio a 180 personas aunque a veces se reduce esta cifra porque los familiares no las dejan salir al considerar que corren riesgos en la calle y se hallan indefensos.
El representante de la Asociación de Sordos, Ángel González, contó que además tratan de apoyar en otros rubros como la cultura y la recreación mediante algunos talleres.
Él actualmente trabaja en el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (Inaeba) y gracias a esto puede buscar apoyo de asesores para la educación de sordomudos.
Dijo que aunque no sabe una cifra exacta, calcula que hay unas tres mil personas con discapacidad auditiva en el municipio.
Explicó que ésta puede ser de tres tipos: pérdida auditiva profunda, total o hipoacusia, que consiste en la disminución de la sensibilidad auditiva.
“Tengo familiares con discapacidad auditiva, mi idea es apoyarlos para que tengan una calidad de vida mejor dentro de la sociedad, con la familia y en el trabajo. Que aprendan en última instancia, mínimo a comunicarse por texto para obtener un trabajo”, expresó Ángel González.
“La idea es que los muchachos vayan aprendiendo un tipo de comunicación porque es muy difícil y también hace falta que todas las personas aprendan el lenguaje de señas, a lo mejor no al 100% pero algo, para que la comunidad con discapacidad auditiva tenga una comunicación”, añadió.
Aseguró que aunque a veces los familiares piensan que un sordo no se puede valer por sí mismo, él considera que sí ya que desarolla muy bien otras capacidades como las visuales y se vuelven muy inteligentes.
En algunos países se enseña el lenguaje de señas en oficinas gubernamentales.
A la asociación acuden jóvenes desde los 15 años normalmente, aunque a veces también niños de primaria porque en la escuela regular van mal por tener debilidad auditiva y requieren refuerzo en su educación.
Y como no hay límite para aprender y superarse, también van personas de más de 50 años y hasta de la tercera edad.
La importancia de aprender lenguaje
Para atender de manera adecuada a una persona sorda es importante que no sólo ésta sino también sus familiares, incluso sus maestros, aprendan el lenguaje de señas.
En la Asociación de Sordos de León colabora Olaf Serafín Sánchez González, un maestro en lenguaje de señas con 37 años de servicio que ha hecho labor de enseñanza principalmente en Unidades de Servicio de Apoyo a la Escuela Regular (USAER), que dependen del Gobierno del Estado y de las que hay siete en este municipio.
También a través de los Centros de Atención Múltiple -cinco de ellos en León- se apoya a quienes presentan esta discapacidad.
Aprender el nivel básico del lenguaje de señas, dijo el profesor, toma alrededor de tres meses; contrario a lo que se piensa, esta manera de comunicarse no es universal, cambia en cada país, incluso a nivel regional y aún dentro de Guanajuato presenta diferencias depende del municipio.
Sánchez González exhortó a las instituciones públicas a contar con un traductor para sordomudos, pues siempre representa un problema hacer un trámite o pedir ayuda en caso de urgencia.
Aseguró que una vez no fue atendido en el Seguro Social porque no hubo manera de comunicarse.
Necesitan recursos
Ángel González aseguró que la asociación sobrevive con la aportación de 30 pesos al mes de las personas que apoya, pero necesitan ayuda.
Ángel González contribuye a que más personas sordas puedan comunicarse.
Hace unos años, aseguró, solicitaron apoyo del Municipio para ampliar la sede de la asociación, que ahora está en una casa de dos plantas que les prestan en la colonia Rinconada del Sur, en la que tienen que cubrir gastos por siete mil u ocho mil pesos al mes.
La solicitud para la donación de un terreno de 32 hectáeras para consutruir un edificio en que puedan atender a más personas, sigue en trámite.
Por ahora el Gobierno les apoya de vez en cuando con alguna capacitación y el DIF con programas de sensibilidad para la sociedad oyente.
Pueden conducir auto, si autoriza especialista
El director de Tránsito Municipal, Ricardo López, aseguró que si un médico determina que una persona sorda puede manejar, se le puede expedir su licencia.
“El requisito que se debe de presentar para el trámite de la licencia por primera vez incluso por renovación, es un examen médico, y éste nos debe decir si el especialista que hace la valoración determina si la persona es apta para conducir o no”, explicó el Director.
Aunque López insistió en que todos los sentidos son importantes para llevar a cabo esta actividad.
“Para conducir todos los sentidos se requieren, para tener una adecuada conducción y atender todos los factores a los que te enfrentas cuando vas conduciendo, inclusive el propio vehículo en el que conduces genera ruidos que debes tener la capacidad de detectar para identificar una falla.
“Es importante más no una limitación, se requiere también por ejemplo para escuchar el sonido del silbato del tránsito, el cláxon de otro conductor, etcétera, sí es importante el oído”, concluyó el funcionario.
Planea retomar estudios
Un caso de superación es el de Cristian Arellano, de 33 años; estudió hasta la preparatoria porque ya se le dificultaba mucho la comunicación en la universidad, aunque planea retomar sus clases.
Para Cristian Arellano la discapacidad no es una limitante.
Siempre convivió con oyentes, y esto le ayudó a sobrellevar su discapacidad mientras estudiaba, ya que aprendió a comunicarse interpretando los movimientos de la boca.
Cristian contó que en la preparatoria empezó a tener baja autoestima a causa de su sordera y decidió dejar de estudiar.
Pero hace 10 años acudió a la Asociación de Sordos de León, aprendió el lenguaje de señas mexicanas y actualmente se siente motivado y lleva una vida normal.
Él también se ha enfrentado a la falta de comprensión en instituciones gubernamentales, como en el Seguro Social.
“A veces nos comunicamos por texto porque no hay intérpretes; en el Seguro, oficinas de Gobierno discriminan porque no hay una comunicación, no hay intérprete de lenguaje de señas”, denunció.
“Yo deseo que haya una comunicación en lenguaje de señas, es muy importante que la sociedad esté más consciente para tener un contacto”, agregó.
Hoy Cristian tiene dos hijos, de nueve y tres años, a quienes poco a poco les enseña el lenguaje de señas.
El joven pide a la sociedad que le dé al de las señas tanta importancia como a otros lenguajes, el inglés por ejemplo.
Además recomendó que se tome conciencia de que es importante conocerlo para apoyar ante una emergencia o un accidente de personas con esta discapacidad auditiva.
Supera limitantes
Con 37 años, Jorge García García asiste a la Asociación de Sordos desde 2001, cuando se fundó.
Tratar de llevar una vida “normal” le ha costado tiempo y esfuerzo.
A los ocho años dejó de asistir a una escuela “especial” porque sus maestros no tenían capacitación en lenguaje de señas, salvo el maestro Serafín Sánchez, quien lo ayudó a aprenderlas.
Jorge García (der.) superó barreras impuestas no sólo por la sociedad, sino por su propia familia.
Jorge comenzó a estudiar la primaria en el INAEBA a los 14 años, y le tomó cuatro terminarla; enseguida se inscribió al nivel secundaria y lo terminó en un año.
Las barreras no sólo las encontró afuera de su casa, sino en su propia familia: su mamá le decía que no podría estudiar ni trabajar a causa de su discapacidad.
Él se empeñó en demostrarle que podría valerse por sí mismo, a los 16 años comenzó a trabajar, se independizó y su mamá incluso llegó a aprender algo del lenguaje de señas. Desde 2008 es asesor en la Asociación de Sordos.
Él también ha tenido problemas al hacer trámites en el Infonavit, y en el Seguro Social, cuando va a consulta médica, no le entienden; hasta hace poco le dieron la licencia de conducir, aunque tiene 10 años conduciendo y asegura que su discapacidad no es un impedimento para hacerlo.
Las autoridades de Tránsito no le tramitaban el permiso a causa de su sordera, sin embargo le permitieron demostrar su capacidad a través de un exámen. Pero sabe de casos de sordomudos que hasta el momento siguen recibiendo una negativa.
Jorge además contó que cuando se casó no había nadie por parte del Registro Civil que le interpretara lo que decía el juez, por lo que pidió que lo ayudara un amigo.
Actualmente tiene dos hijos, de seis y nueve años, a los cuales ya les enseña lenguaje de señas para comunicarse.